Un novo concello remataba de dar á luz. José María analiza as causas que ten en mente para que se producira a nova distribución de concelleiros.
Jueves, 26 de mayo de 2011
DESDE MI VENTANA
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 22:24
Desde mi ventana contemplo el nuevo panorama político con que amanece el concejo de Ribadeo. Y al intentar comprender los cambios sucedidos en el nuevo arco político de nuestro concejo, a la mente se me vienen algunas reflexiones para tratar de explicar el nuevo escenario. Los datos son los siguientes: de las cuatro formaciones políticas que se presentaron a las elecciones, el Bloque Nacionalista Galego, confirmando lo que dice aquel principio de que ‘melior est conditio possidentis’, se alzó con un triunfo indiscutible e inesperado: siete concejales, que gobernarán con mayoría absoluta los destinos de Ribadeo durante los próximos cuatro años. El Partido Popular, no consiguio ver alterados los resultados del anterior escrutinio: cuatro concejales. La formación independiente, unión del Pueblo Ribadense, perdió un concejal, quedando sólo con uno. Y, finalmente, el Partido Socialista fue el que acusó los peores resultados de toda su historia, perdiendo dos concejales y quedando sólo con uno. Este es, pues, el nuevo escenario. El destino del consistorio de Ribadeo está ahora en manos del BNG, encabezado por Fernando Suárez Barcia, a quien desde aquí doy mi más cordial enhorabuena y le deseo los mayores éxitos en la gestión del concejo en esta nueva etapa, esperando que el brillo del poder absoluto con el que ahora va a gobernar los destinos de Ribadeo no le embriague los sentidos haciéndole perder de vista la realidad de la sociedad ribadense.
Y ahora viene el análisis de las posibles causas explicativas de estos resultados. Analizarlas es tarea no siempre fácil y objetiva pues, en esto como en todo, quod capita tot sententiae. Pero, como en todo, estas son las opiniones que a mi se me antojan sobre este resultado.
En primer lugar, el pueblo elector de Ribadeo se ha mantenido a salvo del tsunami pepero que inundó todo el suelo español, independientemente de la calidad y singularidad de cada candidato, y pasó sobre este concejo ‘sin romperlo ni mancharlo’. El concejo de Ribadeo emerge como una isla gris en medio de ese mar azul que cubrió la mayor parte del territorio nacional. Tratar de explicar este fenómeno me llena de rubor, y prefiero que cada uno saque sus conclusiones si cree tener capacidad para ello.
El ascenso triunfal del BNG, hasta alcanzar la mayoría absoluta, fue algo inesperado y ni siquiera contemplado por los propios actores. Pero, como finis coronat opus, no fue más que la culminación de un largo proceso de trabajo y talante, de una política centrada en la proximidad, a través de sus famosos ‘talleres’ de Memoria, Risoterapia, Gimnasia, Cosquillas, Panderetea y otros muchos que, aún a costa de mantener en números rojos la economía del concejo, aspecto este que parece que a los electores no les importa, que condujo al BNG a esta meta. Ocho años cultivando cuidadosamente la imagen, con humildad y sin atisbos de soberbia, tratando a la gente con talante, educación y respeto, recorriendo los viejos caminos rurales del territorio municipal, tenían que producir sus frutos. Y ya se sabe que el común de los electores no son exigentes, les basta una sencilla sonrisa y una suave palmadita en el hombro. Si los lectores hacen memoria de las reseñas de los plenos, publicadas por mi en la prensa, recordarán mis favorables comentarios al nuevo talante que el presidente de la Corporación, Fernando Suárez, solía imprimir a los plenos municipales celebrados en este mandato del BNG. Una gestión ejemplar que, a pesar de sus tremendos espacios oscuros (como la destrucción de las vidrieras del cementerio) o el derroche de los caudales municipales en juegos florales, aumento de funcionarios o despidos caprichosos injustificados (como el de la profesora de música), fue percibido positivamente por los vecinos que con su voto manifestaron su apoyo al candidato del BNG, que con esta mayoría se verá libre por muchos años de peligrosos adversarios políticos que le disputen el trono. Y ya se sabe que aunque una buena gestión de lo público no siempre se corresponde con el aplauso de la gente, sus actitudes, acertadas o no, han dado su fruto. ¡Larga vida, pues, al Cesar!
El PP ribadense, según aquello de que qualis vita finis ita, recibió los frutos de la semilla sembrada durante largos años, pues como dice la Biblia, a superbia initium sumpsit omnis perditio. Sus ocho años de ausencia de las calles y caminos de este concejo y de permanecer de espaldas a la vida de los vecinos se cobraron su tributo. Encasquillarse en los reductos del poder del partido, ignorando las voces de un pueblo e invitándolo a presentarse a las elecciones como medio para manifestar sus propuestas, no fue la mejor carta de presentación para el nuevo candidato, que tuvo que recibir en herencia una pésima imagen y asumir los errores pasados de su partido en Ribadeo. Un partido que se pasó cuatro años en la oposición, consolidando la presencia del BNG en la vida pública de Ribadeo. Un partido a cuyas desgracias no es ajeno el responsable provincial del PP, D. José Manuel Barreiro, que preocupado sólo por sus propias metas personales, abandonó el PP de Ribadeo a su suerte.
¿Y qué decir del PSOE? Una formación que puso su destino desde hace años en las manos de un inepto e irresponsable que, con sus ocurrencias, despropósitos, improvisaciones y liviandades los llevó a un largo destierro político y a quien el BNG nunca agradecerá suficientemente el haberlos introducido en el gobierno de la alcaldía de Ribadeo. Una lamentable decisión, fruto de la ambición desmedida de su candidato de entonces, el Sr. Pérez Vacas, que temeroso de no poder disfrutar de las mieles económicas que ofrecía el concejo, puso en manos del BNG importantes parcelas del gobierno local y les dio la posibilidad de consolidar su permanencia en el concejo. Un partido irrecuperable del que el candidato en la actual convocatoria, Eduardo Gutiérrez, no supo ver la auténtica realidad calamitosa en que se encontraba sumido y, ciego, se tiró a un pozo sin agua. Un partido que ha llegado a su cuota más baja de credibilidad por haber engañado y traicionado las ilusiones de un pueblo que lo había encumbrado. Y, claro, Roma no paga traidores. Un partido irrecuperable que tenía muy merecidas las cornadas del respetable por haber traicionado sus ilusiones. Un partido necesario, pero al que no le queda ya otra alternativa que desaparecer como partido para que, quizás, pasado un tiempo, alguien se atreva a fundarlo de nuevo con otras personas y nuevas ilusiones de servicio a la sociedad.
Y por fin, la formación independiente, UPRI, que después de cuatro años de intenso trabajo en la oposición, no pudo gozar el reconocimiento debido de los electores. Pero así es la vida política y así de cruel, a veces, la sociedad.
Sólo espero que el objetivo de los concejales en este nuevo mandato no sea otro que el mejor servicio a la comunidad ribadense, por encima de los intereses partidistas. Brindo por que así sea. Y si así fuere, que Dios se lo premie y sino que la sociedad se lo demande.
