A economía do concello é un dos temas recurrentes de José María. Mais, hai moito que retrucarlle?
Sábado, 08 de mayo de 2010
“TODOS
QUEREMOS MÁS”
Publicado por jmrd_ribadeo a las 10:00
Cuando la mayoría de la sociedad española sufre las
consecuencias de la grave depresión económica que padecemos,
tratando de no perder el trabajo y de poder subsistir para salir
adelante, cuando cinco millones de parados se encuentran dependiendo
de un pequeño subsidio para alimentar a sus familias y sin esperanza
inmediata de volver a la vida laboral, cuando muchos empresarios
hacen balance diario para ver si su negocio es capaz de aguantar un
día más el temporal o tiene que disponerse a cerrar, los
funcionarios del concejo de Ribadeo siguen empeñados, una vez más,
en subir escalones en sus demandas salariales, sin importarles el
balance de resultados de la empresa en que trabajan, ni el escándalo
y el desprecio que representa su actitud para los vecinos asalariados
o en paro y para los contribuyentes de Ribadeo.
Como
si nada pasara, siguen reclamando impertérritos más subidas
salariales con la excusa de una discriminación, que si bien es
verdad que puede existir, no debe reparase con subidas salariales
lineales sino, al contrario, bajando las excesivas y escandalosas
percepciones de que disfrutan algunos. Acostumbrados durante años a
manipular a alcaldes sin carácter ni celo por el concejo, que
cedieron siempre a sus excesivas pretensiones para poder ejercer más
cómodamente su responsabilidad y alcanzar así sus aspiraciones
políticas, no dudan ahora en abusar de su posición privilegiada
para obligar al alcalde actual a pasar por el aro de sus pretensiones
y sin tomar conciencia de la situación en la que estamos metidos y
sin sentirse solidarios con los demás trabajadores. Fue con esa
actitud como lograron sacar adelante los últimos convenios
salariales, verdaderos emporios de privilegios económicos,
gratuitamente cedidos por el alcalde responsable de turno.
Por la parte alícuota que me corresponde, como copropietario de
esa empresa que es el concejo, comparto y alabo la actitud del
alcalde de no ceder a la pretenciosa propuesta del escandaloso
convenio que los funcionarios pretenden sacar adelante. Para bajada
de pantalones ya tuvimos bastante con la del ex alcalde, Sr. Pérez
Vacas, que no tuvo ningún problema en firmar el convenio anterior,
cediendo en todo a sus pretensiones.
En vista de la actitud de los trabajadores, que el alcalde
calificó muy acertadamente de indecente, parece que este se propone
aplicarles la Ley de Presupuestos del Estado que prevé una subida
salarial del 0,3%. ¿Y por qué no una congelación salarial, sujeta
a revisión dependiendo de la eficiencia y eficacia con la que
desempeñen su cometido? Porque, aunque la mayoría ejercen su
cometido de forma ejemplar, algunos, según mi criterio y el de
muchos vecinos, no pasan el examen de ingreso en cuanto a eficacia y
trato respetuoso con los usuarios que a ellos acuden.
Aunque en una cosa, sí, creo que tienen razón los
sindicatos, si sus quejas son ciertas. En exigirle al alcalde que se
mejore la Relación de Puestos de Trabajo propuesta por la USC,
valorando adecuadamente, tanto los puestos de trabajo, como las
funciones que desempeñan los empleados, de acuerdo con la categoría
y necesidades de nuestro concejo y no utilizar dicha Propuesta para
meter a sus amigos por la puerta de atrás. Sólo una cosa les faltó
añadir a los sindicatos en sus protestas: que los sueldos se ajusten
al trabajo que desempeñan y al sentido común. Algo que se nota de
falta en la excesivamente optimista Propuesta de la RPT de la USC.
El concejo de Ribadeo tiene que cambiar de andadura. Es
necesaria una nueva planificación objetiva, más restrictiva, que
contemple la situación económica actual del concejo, la eliminación
de numerosas funciones duplicadas e innecesarias que ejerce y la
realidad social de la gente a la que sirve y gobierna. En vez del
nuevo alcalde que los sindicatos esperan, al estilo del Sr. Pérez
Vacas, para alcanzar sus nunca satisfechas aspiraciones, hace falta
un alcalde con carácter de mando que sepa representar los intereses
empresariales y poner a cada uno en su sitio, sin concesiones a las
ambiciones y manejos de quienes pretenden convertirlo en objeto de
sus ambiciones. Un alcalde con capacidad para poder exigir a los
trabajadores un servicio eficaz y correcto con los usuarios y capaz
de aplicar una congelación salarial cuando la necesidad lo exija.
Porque la percepción que los sindicatos tienen de este problema
desde dentro no siempre coincide con la opinión que se respira en la
calle.-