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EL USO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS. José María Rodríguez Díaz (2009)


    José María trae a colación un tema que, lido case decenio e medio despois, desperta na cabeza ao menos dúas ideas máis. A primeira, agora xa non hai portestas polo que di tanto por causa do pasotismo como porque lévase tempo viviendo con esa costume e a mente xa non sabe ben remprazala. A segunda, o descoñecemento das rendibilidades reais de inversións diversas, que se soen cerrar un ‘éxito’ tamén é xa unha costume, neste caso máis ‘ancenstral’.

Viernes, 23 de enero de 2009


EL USO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS


• Publicado por jmrd_ribadeo a las 20:39


Los sucesivos alcaldes que han gobernado Ribadeo en los últimos tiempos no tuvieron la suficiente visión de futuro para dotar a la villa de espacios públicos adecuados para la ubicación de los artilugios propios de los festejos y de otros servicios que ocasionalmente es necesario ofrecer a los ribadenses. Carecieron de visión y de capacidad para hacerlo. Y así, nos encontramos ahora faltos de espacios apropiados para cubrir estas necesidades sociales y obligados a ocupar otros lugares destinados a fines distintos, con la consiguiente molestia para los vecinos y para la imagen de la villa.


Y esta es la razón por la que, cada vez con más frecuencia y por cualquier motivo, se ven obligados ahora a instalar carpas, tenderetes y otros armatostes en los paseos del parque, destinados al disfrute de los vecinos, con las consiguientes molestias que esta ocupación ocasiona a la gente, que permanece callada por su ancestral pasotismo y miedo a manifestar su malestar. Y por si este trastorno no fuera bastante, la instalación de estas carpas en el parque conlleva un grave deterioro en el césped de los jardines, que están ofreciendo a los nativos y visitantes una desoladora imagen de descuido y de abandono.


Es preciso reclamar un esfuerzo a las autoridades locales para que se decidan a gestionar una alternativa más apropiada para la ubicación de estas grandes estructuras, menos lesiva para los vecinos, a fin de que los residentes y visitantes puedan disfrutar con mayor tranquilidad de los espacios de un parque mejor cuidado. Porque no estamos ante una ocupación ocasional de ese espacio, que todo el mundo comprendería y podría soportar, sino que es algo que se está produciendo con demasiada frecuencia y, a veces, por nimiedades incomprensibles, como fue la que seguidamente comento.


Con el slogan “Comercio Galego Vivo” el día 11 de enero se montó una carpa en el parque con atracciones varias, como juegos, actuaciones de títeres y otros artilugios lúdicos dirigidos al entretenimiento de los niños, con el fin, según se decía, de promocionar el comercio en la villa. Se pretendía con ello que los papás, dejando a sus pequeños entretenidos con los juegos, quedaran libres para poder dedicarse a visitar los comercios de la villa para hacer sus compras. En vista de la concurrencia me parece dudoso que se cumpliera el pronóstico del Delegado Provincial de Innovación e Industria, Ramón Cortés, que pretendía de esta forma “darlle un pulo ó pequeno comercio, mais neste tempo de crise, evitando que a xente marche a outros sitios a mercar”. Ignoro si la iniciativa fue suficientemente rentable y si compensó el gasto ocasionado. Pero, en todo caso, como dice el secretario general de los empresarios, “lo sensato, en estos tiempos de crisis, es asegurarse de que cada euro que se gaste tenga un impacto efectivo en la actividad económica”. Un consejo que mucho me temo que aquí no se siguió. Y es precisamente ahora, en estos momentos de crisis, cuando se debe poner más cuidado en una administración más escrupulosa del dinero público, pues el dinero público no es de quien lo administra sino de quienes pagamos los impuestos.


Pensar que esta última reforma que se ha hecho del parque ha sido la más acertada y definitiva es, a todas luces, una simpleza. Un buen estudio de conjunto está aún por hacer. Es necesario, hoy más que nunca, a causa de los nuevos espacios peatonales que se han establecido en la villa, un nuevo estudio de la circulación en los entornos del parque y del futuro destino de la calle que lo atraviesa partiéndolo en dos. ¿Qué misión le reserva el futuro a la calle frente al Cantón, recientemente modificada, fruto de unas decisiones precipitadas sobre un espacio que hoy nadie sabe bien a qué dedicar, porque ni es Cantón, ni es parque, ni es calle, ni se sabe muy bien para qué sirve.? El parque merece ser cuidado y embellecido porque, como pasa en todas las ciudades cuidadas, está llamado a ser el mejor adorno de nuestra villa. De poco vale preocuparse por el decoro de sus calles y plazas, por el cuidado de sus edificios y monumentos si se abandona su parque.-

José Mª Rodríguez

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