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VOLVER A LAS ANDADAS. José María Rodríguez Díaz (2007)


     José María acolle aquí unha versión ribadense do ‘non todos somos iguais fronte á lei’ a través do impulso construtor dos primeiros 2000. Por certo, empregando argumentos que agora mesmo valerían, por exemplo, para a retirada de Alcoa.

Sábado, 20 de octubre de 2007


VOLVER A LAS ANDADAS


• Publicado por jmrd_ribadeo a las 16:52

Las formaciones políticas del PSOE y de la UPRI, cogidos de la mano como dos enamorados, vuelven ahora a las andadas intentando obligar al alcalde de Ribadeo a aprobar la modificación del actual plan de urbanismo, mediante un plan especial, para poder legalizar ciertos edificios que en Ribadeo se construyeron al margen de la legalidad. Alguno, incluso, con una sentencia judicial firme de demolición que el Sr. Pérez Vacas no se atrevió a ejecutar durante su mandato.


Retomo con este comentario, por la importancia del tema y su gravedad, lo que hace días manifestaba en este mismo medio.
Porque, en el fondo, de lo que se trata es de una situación de indisciplina urbanística, que se tolera a algunos constructores, dotándolos de cierta impunidad, mientras que al ciudadano de a pie se le exige un cumplimiento riguroso de las normas en vigor. Una sensación de impunidad por la que algunos pudieron hacer lo que quisieron, esperando que luego se les adaptara la norma a sus intereses, como pretenden hacer ahora las citadas formaciones políticas. Estamos ante un caso de un grave insulto a la mayor parte de la ciudadanía que cumple la ley. Y lo que los ciudadanos queremos es una administración local que respete la ley y tenga así autoridad moral para hacerla respetar y fomentar su cumplimiento por parte de todos.


Como decía en mi anterior intervención de hace días, tratar ahora de imponer una amnistía legalizando estas construcciones que se hicieron al margen de la ley, crea ciertas expectativas hacia futuros comportamientos corruptos y alienta a otras personas para seguir infringiendo la ley. Porque se da pie a la idea de que, más tarde o más temprano, aparecerá, o se le hará aparecer, algún gestor público oportunista que planteará una nueva amnistía para burlar otra vez la ley. Y así, mientras no se corrija de una vez este endémico mal, se continuará eternamente con la rueda de corrupción.


Los efectos que estas actitudes corruptas conllevan no son pequeños. Porque, a parte del daño urbanístico que implican para esta villa, crean graves situaciones de fricción entre las distintas fuerzas políticas en el concejo, como está ocurriendo actualmente en Ribadeo, y producen, al mismo tiempo, una fuerte fractura social entre los partidarios de su legalización y los que se oponen a ella. Y, sobre todo, se produce una situación que crea alarma social. Una alarma social que no se ve justificada por el número más o menos importante de los perjudicados, porque, como dice el adagio latino, magis vel munus non mutat speciem
(1).


El argumento que en que se apoyan los partidarios de la amnistía general no es otro más que solucionar el problema a los compradores de las viviendas afectadas. Una actitud muy humana, pero que en el fondo lo que disfraza es el amparo de los especuladores. Es verdad que no son los compradores de las viviendas afectadas los que han de pagar las consecuencias de estos abusos, porque no son ellos los que deben pagar las ilegalidades cometidas por unos constructores que sólo ellos, y quienes se lo permitieron facilitándoles un urbanismo a la carta, se vieron beneficiados. ¿Y a cambio de qué? ¿Cómo se va a compensar a los afectados y a la misma villa de Ribadeo por las plusvalías que generaron los especuladores y lo construido por ellos al margen de la legalidad? En este tema de ilegalidades hay responsables directos y subsidiarios. ¿En dónde estaban los alcaldes y los técnicos responsables que permitieron tales abusos? Estamos ante una situación de fraude de ley, en la que, por supuesto, la única solución es la aplicación de la norma burlada. Y quieren ahora estos ediles sacarles las castañas del fuego a los especuladores, legalizando lo que es ilegal, a costa del futuro de Ribadeo. ¿Es ese el sentido que estos representantes del pueblo tienen de la ética que debe acompañar sus actuaciones políticas? Como decía en mi anterior intervención, glosando a Séneca, ‘aunque esta solución que proponen fuera legal, no sería ética, porque no siempre lo legal es ético.-

José Mª Rodríguez

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1 ‘Máis ou menos, non cambia o aspecto’.


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