Xusto despois de avisar o actual alcalde de Ribadeo que non se presenta á reelección, atópome con este texto de José María. Coido que dá abondo para pensar e a estas alturas ofrece unha perspectiva para enxuiciar o profético (a veracidade dá conta do enfoque ex ante, é dicir, do que sucedera antes de que José María escribira isto) dalgunhas das cousas que aquí se din. Teñen algún recoñecemento as asociacións de veciños hoxe en día en Ribadeo, despois de tentar meter como representación asociativa de xeito predominante, case único, as asociacións empresariais ou eludir os feitos de que sen asociacións non habería nova residencia, da que unha vez en funcionamento, non se lles atendeu nin as promesas sobre cambios nas normativas de funcionamento para evitar erros garrafais? No medio houba ata anuncios para escoitar a xente… (é dicir, para aproveitarse de ideas que considerasen que lles viñan ben, non para participar, claro, que iso xa sería moito), e protestas das asociacións pola falta de participación.
Viernes, 04 de julio de 2008
LAS ASOCIACIONES Y LA VIDA POLÍTICA
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 15:47
Ciertos medios de comunicación se hicieron eco, no hace aún mucho tiempo, de los comentarios de algunos políticos, de Ribadeo y de esta comarca, en los que se cuestionaba el papel representativo de las asociaciones de vecinos y su idoneidad para participar como tales en la vida política. Son actitudes mantenidas por políticos a la vieja usanza que, celosos del poder que les da la representatividad popular conseguida en las urnas, intentan ignorar el papel que las asociaciones de vecinos están llamadas a desempeñar como órganos de opinión, de participación y de defensa de los derechos de los ciudadanos.
Ignoran los que así hablan que una cosa es la representación legal conseguida en las urnas por ellos y otra muy distinta es la sintonía de dicha representación con la voluntad del pueblo a quien representan. Dos posturas que no siempre coinciden. O dicho de otra manera: ¿Qué valor puede tener una gestión, por muy legal que sea, ejercida contra la voluntad de los representados? Cuándo el alcalde anterior, de las filas del PSOE, se definió a favor de los rellenos en la Ría de Ribadeo, ¿representaba legalmente al pueblo de Ribadeo? Ciertamente que sí. ¿Respondía esa actuación al sentir que el pueblo había manifestado en la calle sobre este problema? Sin duda que no. Un ejemplo este, entre otros muchos que se pueden citar, suficientemente ilustrativo de la falacia que se encierra en las palabras de los que defienden sus actuaciones al margen de la opinión del pueblo a quien representan.
Es cierto, también, que las asociaciones no representan, casi nunca, la voz de todo un pueblo en su conjunto. Como tampoco lo hacen los políticos elegidos en las urnas. Hay sectores del pueblo, como los que votan el blanco o no votan, que no están representados por nadie. Las asociaciones suelen ser, al fin y al cabo, el cauce por donde se manifiesta la voz de ese pueblo que quiere opinar y participar en los asuntos públicos que afectan a su comunidad. Es por eso que, con más o menos fortuna en el logro de los objetivos que se proponen, existen asociaciones dispuestas a trabajar por el interés general. Y lo hacen, a pesar de la falta de apoyo y aun del rechazo que sufren, a veces, por parte de algunos gestores locales. De hecho se puede observar que estos grupos se encuentran actualmente en auge, no sólo aquellos cuyos objetivos están dirigidos al mundo de la cultura, del deporte o del ocio, sino también los que tienen como objetivo el interés general de los vecinos.
Son a veces los propios alcaldes los que, después de tratar de utilizarlas electoralmente y de prometerles el oro y el moro ad captandum vulgus, llegada la hora de la verdad, una vez alcanzado el poder, sus promesas se convierten en el timo del siglo y las condenan al silencio para evitar el control sobre su gestión personalista.
En este orden de cosas, salvo contadas excepciones, las experiencias habidas hasta el presente han sido muy negativas. Llegada la hora de la verdad, la hora del diálogo con los gobernantes, las cosas no siempre fueron por el camino adecuado. Todos sabemos que el interés personal del gobernante de turno, amparado en el principio de la famosa representatividad y celoso de su libertad, solía ir por caminos distintos ignorando la opinión de los vecinos.
La asociación de vecinos O TESÓN, de Ribadeo, invitó a todos los portavoces de los partidos que se presentaron a las elecciones municipales en la pasada campaña a incluir en sus promesas electorales la elaboración de una ordenanza municipal destinada a regular las relaciones de las asociaciones con el gobierno local. La respuesta a esta llamada fue el silencio. Únicamente el BNG se atrevió a tocar levemente este tema proponiendo los “Consellos Parroquiais”, entes destinados a integrar a las personas y colectivos de cada una de las parroquias.
Ha tenido que llegar el alcalde actual del BNG para que, por fin, se pueda vislumbrar una luz de esperanza en el horizonte, un marcado cambio de actitudes. Su talante dialogante ha apostado por algo que hasta hace poco tiempo era impensable esperar de los políticos y por lo que se llevaba luchando desde hace ya mucho tiempo. Un nuevo estilo de ejercer la gestión de gobierno haciendo partícipes de ella, no sólo a otros grupos políticos, sino a las mismas asociaciones existentes en el concejo. Una nueva etapa en la que, por fin, el diálogo y la razón se imponen al tradicional autoritarismo de aquellos que utilizaban el mandato del pueblo como disculpa para hacer su voluntad. Porque si el Concejo somos todos es de estricta justicia que todos tengamos derecho a ser escuchados y a participar, de alguna forma, en la toma de las decisiones que nos afectan.-