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LO QUE LOS PROGRAMAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS OCULTAN. José Mª Rodríguez Díaz (2011)


Reflexións de José María ante as eleccións para o concello de 2011

Lunes, 09 de mayo de 2011
LO QUE LOS PROGRAMAS DE LOS PARTIDOS políticos OCULTAN

Uno tras otro los programas políticos de los candidatos a la alcaldía de Ribadeo van llegando a mis manos. Y todos deslumbrantes por su forma y su contenido. Su impecable presentación, en papel cartulina a todo color, me hace olvidar por unos momentos las circunstancias económicamente adversas por las que atravesamos. ¿O es que a ellos no les afecta la crisis? Piensan algunos que gastar tanto en propaganda y programas de lujo es tirar el dinero. Olvidan los que así piensan que, aunque son muchos los que ya tienen definido su voto, la papeleta del reducido número de los indecisos vale mucho dinero.

Cuanto más leo y analizo sus propuestas más confuso me encuentro para decidir mi postura en las urnas el día 22 de mayo. La misma confusión que sentía cuando me encontraba ante un grave examen en los años de mi juventud. Elegir al mejor de los cuatro candidatos que se presentan para gestionar el futuro de Ribadeo no es fácil tarea. Todos los programas contienen muchas y cautivadoras ofertas. Todos los candidatos prometen convertir este concejo en un paraíso. Cuanto más analizo sus ofertas, más difícil me resulta rechazar a tres para elegir a uno. Porque todos sus programas de gobierno, con distintos matices, merecen un sobresaliente. ¿No sería posible que nos gobernaran los cuatro para no tener que desechar a ninguno y aprovechar las ofertas de todos? Ya, ya se que se trata de una oferta de intenciones.

Y en estos difíciles momentos de dudas en que me encuentro sumido, después de haber sometido sus programas a repetidas lecturas y a un serio examen comparativo, sigo sin haber tomado partido por nadie. Aunque utópicos e irrealizables en estos tiempos de crisis, son todos tan sugestivos! Desconcertado ante mi propia torpeza, pero incansable al desánimo, intento buscar algo que aclare mis dudas, más allí de sus cautivadoras ofertas.

Y, acudiendo al recurso de mis experiencias pasadas, se me ocurre pensar en todo aquello que los programas no dicen, pero que la experiencia me confirma que los candidatos harán si llegan a gobernar. Cosas que ocultan a los electores porque no son oportunas. Cosas, como el sueldo que se van a fijar como contraprestación por su dedicación exclusiva al servicio de los ciudadanos y que el elector debería conocer para mejor elegir a sus representantes en función de su coste. Un pequeño detalle que ninguno menciona en su programa. O cosas que siempre hacen, como el número de amigos y afines que van a colocar en el consistorio y aumentar así la plantilla municipal, creando así una sobredosis de personal para un concejo que se ha ido atiborrando de personas que han ido consiguiendo puestos fijos gracias al enchufe del correspondiente partido de turno. Acuerdos que van tomar dirigidos a aumentar la recaudación municipal, vía aumento de impuestos a los vecinos, para poder hacer frente a sus liberalidades administrativas como el pago con dinero público de despidos improcedentes de personal no adicto. Actuaciones que van a hacer, como seguir llenando las calles de la villa de pasos elevados para no verse obligados a controlar el tráfico e incordiar así a los conductores. Muchas, muchas son, ciertamente, las cosas que las pasadas experiencias habidas me dicen que van a realizar y que no vienen en sus programas. ¿Cómo salgo, pues, de este difícil dilema? ¿Me veré, acaso, obligado a desistir de mi empeño de cumplir con mis obligaciones cívicas, evitando mi presencia en las urnas?

Si a pesar de las extraordinarias ofertas de los candidatos me siento incapaz de tomar una acertada decisión y si lo que se oculta detrás de los programas electorales no resuelve el enigma en el que me encuentro, sólo me queda el recurso de acudir a aquel sabio consejo bíblico para distinguir los falsos profetas de los verdaderos: ‘Por sus obras los conoceréis’.


José Mª Rodríguez

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