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Un ano máis chamando á paz


    Cando leas isto, xa se terá cumprido un ano de guerra, se chamas sinxelamente guerra á destrución, asasinatos e xenocidio nas marxes de Israel. Hoxe houbo outra concentración máis -lembra, cada domingo ás 12:30 no Cantón en Ribadeo- pola paz, xusto un día antes do cumprimento dun ano de guerra-masacre-xenocidio no Próximo Oriente, o conflito que os medios encumiaron á actualidade durante todo o ano, tapando ó anterior máis mediático, a invasión da Ucraína. Algo que dá para algo máis que ‘do que falar’. Pero iso será noutro momento. Agora, estas letras, só son para lembrar a concentración de hoxe en Ribadeo (a lembrar que houbo concentracións por todo o estado, como en Compostela), onde se falou de xenocidio, de intereses armamentísticos e de poder en xeral, da necesidade de construír a paz empregando esa verba, paz, en troques de dicir o ‘non á guerra’…

    Máis de corenta presoas acudimos a expresar o noso chamamento de paz. Aquí quedan algunas fotos tomadas por Suso e o texto da súa intervención (intervimos ademáis, por orde, eu, José Ángel Salvatierra e Nana:

    Texto lido por Suso, declaración a nivel estatal:

“Demasiados días de horror televisado, de
crímenes inimaginables, de una dimensión
indescriptible. Demasiados días desde que
comenzó el genocidio transmitido en vivo de
Israel contra 2.3 millones de personas
palestinas en la sitiada Franja de Gaza, la
cárcel a cielo abierto más grande del mundo,
y los ataques cada vez más brutales en
Cisjordania. Israel lleva 76 años intentando
eliminar a la población indígena de
Palestina. Israel sigue robando tierras,
encarcelando y masacrando a todo un pueblo
mientras el mundo observa. Casas, escuelas,
hospitales, mezquitas, iglesias,
universidades, y un larguísimo etc son las
infraestructuras civiles que ataca Israel. Pero
aunque el colonialismo israelí intenta
fragmentar al pueblo palestino, este
permanece unido resistiendo ante el horror.


Cada día el pueblo palestino nos enseña y
recuerda que “existir es resistir”.


Hoy salimos a la calle como respuesta a la
llamada urgente de nuestras compañeras
palestinas, para detener esta atrocidad. No es
suficiente condenar desde la distancia. Es
hora de actuar, de cortar la complicidad
internacional con un régimen de apartheid y
colonialismo. Los gobiernos y empresas que
financian y apoyan a Israel deben rendir
cuentas por tomar parte en este genocidio.


No es un simple deber moral, es una
obligación legal y humana.
A pesar de la opresión, hemos construido un
poder popular sin precedentes. Israel está
más aislado que nunca; a nivel diplomático,
económico y cultural. Cada vez son más las
instituciones, empresas, artistas y
universidades que, empujados por la
movilización, deciden no ser cómplices de la
vulneración de derechos humanos del pueblo
palestino. Cada día más voces se levantan,
más corazones se solidarizan. Cada vez más
ciudades, sindicatos y movimientos de base
están exigiendo justicia. Este poder, esta
solidaridad, está marcando la diferencia.


No podemos parar, porque las palestinas no
pueden vivir en paz mientras el asedio
continúa. La desesperación no es una opción
cuando aún queda tanto por hacer y lo que
hacemos, funciona.


La frase “nunca más”, convertida en lema
tras las atrocidades de la II Guerra Mundial, y
que conformó un sistema jurídico que ahora
lo están destruyendo aquellos que lo
conformaron, debe aplicarse
inmediatamente, debe aplicarse ahora. Gaza
es solo el primer experimento de una era de
brutalidad sin límites si no la detenemos. La
lucha por la justicia palestina está vinculada
a las luchas globales por la justicia racial, de
género, climática, económica y social. Si no
conseguimos detener la barbarie, no solo
acabará con Palestina, en su forma más
violenta, sino que nos arrastrará a todas.


Estos últimos meses se están escribiendo
unas de las páginas más tristes de la historia
de la humanidad.


Cada acto de solidaridad cuenta. Debemos
seguir interrumpiendo la complicidad,
presionando a las empresas, a los gobiernos
y a todas las instituciones que apoyan y
sustentan este genocidio. Debemos
canalizar nuestro dolor y nuestra rabia para
construir más poder popular en todo el
mundo para poner fin a la complicidad de
estados, corporaciones e instituciones con el
régimen de opresión de Israel, acelerando la
llegada del día en que todas las personas
palestinas puedan vivir en libertad y
dignidad en sus tierras, ejerciendo su
derecho fundamental al retorno.


Las organizaciones firmantes reclamamos
un alto al fuego inmediato y permanente
para detener el genocidio, y para lograrlo
exigimos al gobierno español que:


1-Ponga fin al comercio de armas y de
tecnología militar y de seguridad (compra,
venta y tránsito) con Israel.


2-Exija responsabilidades a Israel por sus
crímenes de lesa humanidad y apoye, al
mismo nivel que Sudáfrica, la demanda
presentada en la Corte Internacional de
Justicia contra Israel por genocidio,
sumándose así, a los esfuerzos que se están
realizando desde el Tribunal Penal
Internacional para juzgar a líderes israelíes
por crímenes de guerra y de lesa humanidad.


3-Rompa relaciones diplomáticas,
institucionales, económicas, deportivas y
culturales con Israel.


4-Ponga fin a la persecución y
criminalización de la solidaridad con
Palestina y derogue la Ley mordaza.”


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