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A CAMBELA. José María Rodríguez Díaz (2010)


    Un estudo toponínimco no que por cuestións da recollida de datos pola miña parte, non estou seguro de que a verba ‘Carrancán’ sexa oun outra vocal final acentuada diferente do a que aparece.

Sábado, 16 de octubre de 2010


A CAMBELA


• Publicado por jmrd_ribadeo a las 11:29


Los muchos errores que plagan impunemente los mapas que describen nuestra geografía local están contribuyendo de forma muy considerable a deformar nuestra historia y nuestra cultura. Mapas sin apenas rigor científico alguno, confeccionados en las mesas de los despachos, sin apeonar del terreno, como sucede con el que sirve de base al Plan General de Urbanismo de Ribadeo o el del Plan de Ordenación del Litoral de Galicia en el ámbito del concejo de Ribadeo. Ambos están plagados de errores toponímicos y geográficos, hasta el punto de que su fiabilidad queda en entredicho.


Un buen ejemplo de ello son, tanto la denominación errónea de ‘Casas de Abaixo’ que en los citados mapas se da a la industria AROMAR, instalada en las proximidades de la playa de Rocas Blancas, como al topánimo ‘A Casa de Cambelo’ con el que se denomina a una de las casas que forman el barrio compuesto por las casas de A Chousa, O Carrancán y A Cambela, barrio denominado ‘As Casas de Abaixo’, en Vilaselán.


El topánimo correcto de este lugar es ‘Casa da Cambela’ y no ‘Casa de Cambelo’, como se refleja en los referidos mapas. Cambela es una palabra derivada de la raíz celta *Camb, que pasó al gallego como Camba o Comba, con el significado de ‘cosa curvada’, que en este caso alude a las características orográficas del perfil curvado y redondeado de la pequeña colina en la que se ubica la casa. Con el añadido del sufijo diminutivo de base orográfica -ela añadido a Camba forma el topánimo Cambela, ‘terreno con forma de pequeña colina’.


Y así, bajo esta forma, está recogido este topánimo en toda la documentación medieval que hace referencia a esta casa. En un documento del año 1453, correspondiente a la Colección Diplomática de la Catedral de Mondoñedo, por el que el obispo don Alonso Segura acuerda unir a la mesa del cabildo de la catedral de Mondoñedo las rentas de una tercera parte sin dura de la iglesia de Vilaselán, se dice: “a qual carta leuou para garda do dito cabidoo et estando presentes Juan Ramos et Fernan Ramos et Juan Alonso de Canbela fligueses da dita iglesia de Vilaselán”. Y así sigue apareciendo citado años más tarde en los múltiples documentos que componen el expediente de la única contribución, conocido como Catastro del Marqués de la Ensenada, elaborado en el año 1752, relativos a la parroquia de Vilaselán. En la respuesta al número quince del Interrogatorio de dicho Catastro, se puede leer, por ejemplo: “la concepción del diezmo correspondiente a las tierras que en las vegas de la torre de el Castillo, Chousa y Canvela pertenecen al convento de religiosas de Santa Clara”. He aquí sólo dos testimonios de los muchos que se pueden encontrar en la literatura documental de la Edad Media y Moderna relativos a esta zona. El empleo indistinto de la b o la v carece de importancia dado que en esos tiempos su uso no estaba regulado por la normativa y se empleaba indistintamente cualquiera de las dos formas.


Es, pues, evidente que el nombre Cambela no se refiere ni a la casa ni a la familia que la habita, sino al conjunto del entorno geográfico en el que está ubicada y a la que pertenece la casa, es decir, a la forma redondeada de la suave colina que se forma entre las dos curvas del río.


A lo largo de la geografía de las cuatro provincias gallegas existen múltiples lugares con el apelativo de Camba correspondientes a parroquias, como las de Castro Caldelas, Leza o Rodeiro, o montes con este topánimo, relacionados siempre con la forma curvada de la orografía del terreno, como es el monte de Camba, situado en la entrada a Mondoñedo. Con este mismo significado aparece, también, en los diccionarios gallegos este nombre en su forma adjetiva, cambelo o cambeleiro, para designar con el a una persona con las piernas torcidas, o a algún otro objeto curvado, como las piezas que en forma de arco constituyen la rueda del carro. O el nombre de gambito ( con normal evolución de la c- que se transforma en g- como en lacus > lago o ecclesia > iglesia), como se denomina al palo curvado que se utilizaba para colgar los cerdos después de muertos para extraerles las entrañas. O la variante combado, (con disimilación vocálica de la -a- por -o- para romper la cacofonía), adjetivo con el que se designa cualquier objeto curvado.


Designar, pues, con el nombre de Cambelo a la casa o a las personas que habitaban la casa, no es más que personificar un nombre que, en realidad, le viene dado por el entorno en el que está ubicada la casa, que no es otro que el de A Cambela.

José Mª Rodríguez


 

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