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FELIZ NAVIDAD. José María Rodríguez Díaz (2008)


    Unha entrada diferente na que, co motivo do Nadal, e asumindo un entorno que é o seu, José María fai partícipe da felicidade que desexa a toda a comunidade, sen esquecer o deixar claras as súas críticas antes dun ano que se prevía problemático, de continuación de crise.

Miércoles, 17 de diciembre de 2008


FELIZ NAVIDAD


• Publicado por jmrd_ribadeo a las 19:37


La rueda del tiempo sigue velozmente girando año tras año en un movimiento incesante de ciclos, unos mejores y otros peores, que nos van acercando lentamente a la meta final. En estos días nos hace llegar, otra vez, esa entrañable etapa festiva, casi siempre cargada de recuerdos nostálgicos, que son las fiestas de Navidad. Unas fechas que, con crucifijo o sin el, están marcadas por el recuerdo del acontecimiento y la celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret. Son fechas que todos, sin excepción, aprovechamos también para expresar a nuestros seres queridos y amigos nuestros sentimientos de alegría, de amor y de paz.


Y, aprovechando el inicio de un nuevo año, nos intercambiamos, también, nuestros deseos de salud y prosperidad para el nuevo recorrido que nos espera. Y aunque los augurios que nos llegan no son demasiado optimistas, pues parece que se avecina una larga etapa llena de agobios y limitaciones, los parabienes y los buenos deseos para el nuevo año se imponen.


Con el fin del año entramos, también, en la etapa de los balances, que este año presentan fuertes contrastes; una etapa que muchos preferirían olvidar para siempre: los millones de ciudadanos afectados por el paro y por la crisis; y una etapa en la que algunos, entre los que se puede contar la clase política, se alegran por los logros conseguidos: dinero, fama, honores y privilegios. Son las dos Españas, en versión económica, en las que aún se divide la sociedad en pleno siglo XXI.


Pero la verdadera felicidad por la que, a veces, tanto luchamos y nos esforzamos no está en esos valores caducos y mundanos, que con tanto ahínco muchos persiguen. La verdadera felicidad está en nuestro propio interior, en otros valores que están más allá de lo puramente material y mundano. No hemos de buscar fuera lo que está dentro de nosotros mismos y por lo que merece la pena luchar: valores que no se cotizan en bolsa, más asequibles y consistentes y a los que no afecta la crisis: el respeto y la solidaridad con los demás y la ayuda a los necesitados.


Ya se que no son momentos para alegrarse. Nubarrones oscuros cubren el horizonte que tenemos enfrente presagiando la tormenta. No se vislumbran amaneceres radiantes frente a nosotros. El futuro no parece prometedor. No se divisan horizontes de esperanza. La clase política que nos gobierna vive embriagada de autocracia en el paraíso de su bienestar económico, blindada ante la crisis y ajena a los sufrimientos del pueblo. La ineficiente política de derroche, de exhibición y de mentiras de los diferentes gobiernos que conforman el Estado sigue impasible su curso, ajena a la galopante crisis que padece la sociedad.


Pero, ante estos graves pronósticos, las fiestas que estos días conmemoramos son un eco esperanzador del mensaje que Jesús de Nazaret trajo a los hombres. Un mensaje de esperanza y de amor para iluminar nuestros corazones durante estas fiestas y disipar, al menos por unos días, ese horizonte de sombras y malos augurios.


Quiero hacer llegar a todos, especialmente a mis amables lectores, mis mejores deseos de unas felices fiestas navideñas y todo lo mejor para el año 2009, tanto a los que simpatizan con estos mis comentarios de opinión como a los que discrepan de ellos y los critican. En todo caso, a todos agradezco la atención que me prestan, incluso a aquellos que no los comparten, pues su postura es signo de libertad, algo que hemos de tener todos en alta estima, pues, como le decía D. Quijote a su escudero: “La libertad, Sancho, es uno de los mejores dones que a los hombres dieron los cielos”.


Felices fiestas y venturoso Año Nuevo.-

José Mª Rodríguez

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