Este artigo foi publicado o domingo 4 de xuño de 2006. Comandaba o goberno municipal Balbino Pérez Vacas, e era primeiro tenente de alcalde o actual alcalde, Fernando Suárez Barcia, cos partidos coaligados.
NUBARRONES EN EL HORIZONTE
Los acontecimientos del último
Pleno Municipal, celebrado el 15 de mayo, son preludio de una
inminente borrasca que va a alterar el clima político en Ribadeo.
Las preguntas formuladas al alcalde por el portavoz del PP, Sr.
Valín, empezaron a remover las aguas, aparentemente tranquilas, de la
vida política municipal.
Se tiene la impresión en Ribadeo de
que la gestión que realiza el equipo de gobierno se está moviendo a
impulsos de lo que expone en los Plenos la formación del PP. Parece
que es la oposición quien gobierna en el palacio de Ibáñez al ir
marcando la hoja de ruta del trabajo a desarrollar en el quehacer
municipal.
Un Pleno en el que se hicieron muchas e importantes
preguntas, que no tienen fácil respuesta, y que preludian futuras
borrascas. Se refiere una de ellas a la gestión del Punto Limpio, que
parece ser que ya no es tan limpio. Faltan, siempre según el portavoz
del PP, justificantes de cobros de los vertidos, lo que impide saber
la cantidad de escombros allí depositada, y, por lo tanto, la
cantidad de lo recaudado por ese concepto. No existe, al parecer, la
debida correspondencia entre la cantidad que figura en los recibos
como depositada en el Vertedero de Escombros y la cantidad que en
realidad se supone que está depositada, que parece ser mucho mayor.
En una palabra, ¿se corresponde lo recaudado con los escombros allí
depositados? Eso es lo que la oposición se pregunta.
Surge
otra pregunta que llama, también, la atención del público, allí
presente. Se refiere a la pasividad con la que el gobierno local
actúa frente a una obra paralizada por un decreto de la alcaldía,
hace ya mucho tiempo, y en la que se continúa trabajando, haciendo
caso omiso de la prohibición del concejo, y sin que este tomara
alguna medida sancionadora al respecto. ¿Por qué se dejó pasar tanto
tiempo sin tomar las adecuadas medidas? ¿Por qué se permitió que
continuaran las obras? ¿Desconocía el alcalde que se continuaba
trabajando en esa obra cuando era un hecho conocido por todos?
Otra
pregunta, de igual calado que la anterior, formula, también, el Sr.
Valín al alcalde. está referida a la solicitud de la construcción de
siete viviendas en Vilaosende. Solicitada una licencia de obras el
año pasado, sigue, al parecer, sin ser contestada, ni en un sentido
ni en otro. El promotor se encuentra desorientado e indefenso. ¿Se le
va a denegar o conceder la licencia? ¿En dónde estriba la dificultad?
Parece que los dos gestores que gobiernan en el concejo no están de
acuerdo entre ellos sobre este extremo. Y no lo están porque las
diferencias entre los criterios de los dos regidores, son abismales,
como quedó demostrado hace ya tiempo en un pleno famoso. Ante esta
situación la pregunta surge inevitable: ¿La concesi´0n de licencias de
obra está regulada por normas o depende de las decisiones políticas
del gobierno de turno?
Otro tema de actualidad, que ocupó las
intervenciones del portavoz del PP, estuvo relacionado con la
ubicación en Piñeira de la piscifactoría de Pescanova. El alcalde
confiesa apoyar sin reserva este proyecto al afirmar que ‘su
ubicación en Ribadeo sería una de las mejores noticias que se podría
dar a la ciudadanía’. Nadie puede dudar de los efectos beneficiosos
de la creación de puestos de trabajo en nuestra comarca. Pero la
reciente experiencia de la piscifactoría de Rinlo, ubicada en zona
de especial protección, cuando había otras zonas posibles para su
ubicación, da pie a algunas preguntas: ¿Porqué los criterios
medioambientales que se utilizan para que no se instale en Touriñán,
en donde también hace falta trabajo, no valen para Rinlo y Piñeira?
¿están dispuestos a cargarse lo que, tal vez, sea hoy el último
paraíso del sur de Europa, desde el punto de vista medio ambiental? ¿Por qué no se instalan estas piscifactorías en otros lugares del
concejo, no afectados por el LIC y Rede Natura, menos dañinos para el
medio ambiente, y que permitirían, al mismo tiempo, la creación de
los tan deseados puestos de trabajo?
La pasividad adoptada por
el pueblo ante estas y otras actitudes, guiados, a veces, por falsas
expectativas suele cobrar su tributo, cuando ya no tiene remedio. ¿No
lo confirma, acaso, la muralla que deja el paso de la autovía por
Vilaselán y Piñeira?