Recollo hoxe de La Comarca, por unha petición xeral que se fixo ó grupo ‘Por nuestro faro’, un artigo que sae hoxe mesmo. A próxima fin de semana haberá unha xuntanza… e a ver que sae.
Só lembrar que premendo sobre a imaxe, pode ampliarse… e que o texto tamén está despois no mesmo corpo da entrada, feito usando o ocr https://www.onlineocr.net.
Anteriores:
Faro, números, posibilidades… hotel?
Pensamentos lixeiros para agosto: un faro, un hotel
Texto:
RIBADEO, sábado, 30 de mayo de 2015 LA COMARCA DEL E0
Un faro de todos y para todos
Por Grupo Por nuestro faro
Desde la plataforma «Por nuestro faro» querernos exponer nuestro punto de vista para evitar tergiversaciones o interpretaciones rápidas de las que ya hemos sido víctimas por parte de personas físicas, grupos o entidades.
En primer lugar, queremos aclarar que no estamos en contra de personas individuales ni contra la iniciativa privada, sino contra la explotación privada de un edificio público, lo cual es responsabilidad de las administraciones competentes, que han tornado la decisión de permitirlo de manera rápida y discreta. Aunque todo se haya inscrito dentro de la legalidad, no nos parece correcto que la mayoría de los ribadenses haya tenido noticia por la prensa hace apenas unas semanas de que el faro de Ribadeo iba a ser explotado y reconvertido en hotel de lujo a través de una concesión. Esta concesión ha sido otorgada incluso antes de que el gobierno español levantase la prohibición de usos hoteleros que permitiría llevar a cabo el proyecto, y la escasa información de la que disponemos hoy sobre dicho proyecto es difundida de forma muy concisa a través de los medios de comunicación.
Al margen de la falta de transparencia del proceso, de nuestras dudas sobre el impacto que podría tener sobre la isla Pancha y su entorno, y muchos otros aspectos sobre los que desconocemos los detalles, pensamos que el faro forma parte del patrimonio de Ribadeo, y que, corno tal, su utilización debe hacerse desde lo público. No pensamos que el faro ni el acceso a la Isla Pancha deban permanecer cerrados, pero toda explotación o uso que se haga debe respetar el lugar y el carácter del edificio. Su utilización debe de favorecer la democratización de su acceso y los ribadenses deben poder disfrutar de él. Creemos que otras opciones son
posibles, y que pueden permitir a su vez proteger el edificio del paso del tiempo, esas opciones merecen ser estudiadas antes de liquidar el problema dejando el faro en manos privadas para transformado en minihotel de lujo, al que sólo tendrían acceso unos pocos privilegiados.
El caramelo con que se pretende dulcificar a la opinión pública ribadense es el acceso al faro y a la Isla Pancha: una cafetería bajo tierra sería el reclamo para contentarse de no poder entrar en el faro y de que sólo los turistas de élite disfruten de su interior, de sus vistas y de contemplar el paisaje desde la torre donde se encuentra la linterna. Lo que nadie dijo tampoco es que para entrar en la Isla Pancha y en el faro no es necesario instalar un hotel, y esta idea se ha vendido como la única posibilidad existente para poner un pie en la Isla Pancha.
Y, para terminar, -aunque quizás podríamos haber empezado por aquí- : el faro no es una construcción como otra cualquiera, tanto por su ubicación fuera del casco urbano -en un suelo clasificado como rústico y de interés paisajístico-, como por su carácter, su historia y simbología.
Creemos que otros edificios vacíos, abandonados, con encanto en el centro de Ribadeo y con capacidad suficiente, serían mucho más adecuados para albergar un hotel. Creemos también que un aspecto que no debe olvidarse es el significado especial de la Isla Pancha para los ribadenses que, a pesar de la tendencia actual a transformar faros en hoteles, no consiguen imaginarse un hotel enfundándose los muros de nuestro faro. Para muchos, es una estampa emblemática y representativa de Ribadeo, un vestigio del pasado, un monumento a los hombres y al mar, y también es el lugar que muchos han elegido para que sus cenizas descansen allí. Un lugar especial, con alma, no vendible, y público.