Sol, algunha nube que outra, gaivotas ó fondo, tranquilidade na mañá, lectura de poemas ó mediodía, … Na frente unha estrela, no bico un cantar…
Unha pequena contribución no blog de Ángel de Olavide:
”
Rosalía de Castro. Santiago de Compostela. Foto de la colección de Ana Vieiros en Flickr con licencia CC
Cada 17 de Mayo Galicia celebra el Dia de las Letras Gallegas.
Homenaje a la lengua propia de los gallegos a través de los creadores
de todas las épocas. En cada villa, en cada ciudad se une el pueblo en
una celebración poética y festiva. La música, la literatura y la vida
cotidiana se funden en una apasionada y a la vez sencilla celebración.
Le he pedido a mi amigo Antonio Gregorio
que nos entregase mediante la palabra un pequeño testimonio, una
muestra, del significado de esta fiesta para los gallegos y esto es lo
que nos ha dado. Gracias Antonio por este gesto con el que honras a tu
lengua, a tu pueblo y a dos de los grandes intérpretes de la historia de
Galicia: Rosalía y Curros Enríquez
Do mar pola orela
mireina pasar,
na frente unha estrela,
no bico un cantar.
E vina tan soia
na noite sen fin
¡que inda recei pola pobre da tola
eu, que non teño quen rece por min!
Ollando
cara adentro, a Galicia, vese paseniño á súa lingua á beira, mesmo se
pode imaxinar entre néboa. Vese camiñando cunha meta, un fin, e coa
forza da palabra e o son, e, ó tempo, fráxil, que non débil. Moitas
veces sen comprensión, como se ten considerado sempre á xente especial
do pobo: ‘tola’.
Curros adicou a Rosalía o poema. Podía telo adicado á lingua enteira.
Como
lector, e polo tanto, intérprete, a ti tanto como a min, máis aló da
literatura, tócanos tamizar se é real, se só o foi, se o seguirá a ser.
Coa idea clara, e o traballo, tamén da palabra, a nosa lingua ten por
diante mil primaveras máis.
Del mar por la orilla
la miré pasar,
en la frente una estrella,
en el labio un cantar.
Y la vi tan sola
en la noche sin fin
¡que todavía recé por la pobre de la loca
yo, que no tengo quien rece por mí!
Mirando
para adentro, a Galicia, se ve poco a poco a su lengua al lado, incluso
se puede imaginar entre niebla. Se ve caminando con una meta, un fin, y
con la fuerza de la palabra y el sonido, y, al tiempo, frágil, que no
débil. Muchas veces sin comprensión, como se ha considerado siempre a la
gente especial del pueblo: ‘loca’.
Curros Enríquez dedicó a Rosalía de Castro el poema. Podía haberlo dedicado a la lengua entera.
Como
lector, y por lo tanto, intérprete, a ti tanto como a mí, más allá de
la literatura, nos toca tamizar si es real, si sólo lo fue, si lo
seguirá siendo. Con la idea clara, y el trabajo, también de la palabra,
nuestra lengua tiene por delante mil primaveras más.
“