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UN EXTRAÑO CONVENIO. José María Rodríguez Díaz (2007)


  A corrupción raras veces se presenta como tal. José María fai unha lectura do que el considera un caso cando menos irregular, que atinxe á actual praza de 8 de marzo. Un tema que tratou noutras ocasións dende o mesmo ou outros puntos de vista, por separado ou xunto con outros temas de Ribadeo.

Vista centrada no edificio do que fala José Mª (obtida de https://www.openstreetmap.org/#map=19/43.53776/-7.04238, lic. Open Data
Commons Open Database License
(ODbL))

Jueves, 12 de julio de 2007


UN EXTRAÑO CONVENIO


• Publicado por jmrd_ribadeo a las 17:10

Ya antes de haberse celebrado las elecciones, que le llevarían más tarde a la alcaldía, el aspirante, Sr. Pérez Vacas, pactó un Convenio con los propietarios de la parcela situada entre las calles Rosalía de Castro, Calvo Sotelo y el Teatro de Ribadeo, destinado a regular el marco de edificabilidad de esta parcela.


¿Qué resultó de ese Convenio? Que el vial situado en la parte trasera del Teatro, previsto ya en el planeamiento urbano en trámite en esos momentos con una anchura de 16 metros, se reduce ahora 12 metros. Y si bien es cierto que ese planeamiento no está aún en vigor, no es menos cierto que la Ley de Ordenación urbanística y protección del Medio Rural de Galicia, que sí está en vigor desde el 1 de enero de 2003, cuyo cumplimiento es obligado, dice: ‘Los viarios principales de nueva apertura no podrán tener un ancho inferior a 16 metros’.


En ese Convenio renuncia el Ayuntamiento, pues, a la propiedad del subsuelo de un espacio de dominio público cuyo destino posible debería ser la implantación de infraestructuras, aparcamientos públicos u otras dotaciones de titularidad pública y que pasa a ser propiedad privada. Se trata de una cesión que tiene carácter irrenunciable por imperativo legal.


Por lo que toca al volumen de este edificio, la ordenación urbanística prevista para ese solar en la fachada que da a la calle Rosalía de Castro contemplaba un edificio de planta baja, más 7 alturas, más ático. Para la calle Calvo Sotelo, en cambio, contemplaba un edificio de planta baja, más 4 alturas, más ático. Lo mismo que los restantes edificios de esa calle. Pero esa ordenación quedó modificada por este famoso Convenio que lo convirtió en un inmenso bloque, de planta baja, más 6 alturas, más ático, más bajo cubierta.


Todo esto quiere decir que la renuncia de 4 metros en la anchura del vial mencionado implica para el promotor un incremento neto en la superficie edificada de 4 metros por todo el largo del vial y multiplicado por las alturas que se da a la edificación. Y que la renuncia por parte del Ayuntamiento del subsuelo del vial, de 12 metros de ancho, implica, también, para el promotor un incremento neto en la superficie de las plantas sótano, con destino a plazas de garaje, de 12 metros por todo el largo del vial y multiplicado por el número de plantas sótano construidas.


Hacer una valoración exacta de los costes, perjuicios o minusvalías que tales cesiones suponen para el concejo de Ribadeo es algo que corresponde a los técnicos en la materia. Pero es un fiel reflejo de lo que pasa cuando se gobierna haciendo lo que a uno ‘lle sae dos collóns’.


Porque así definió el ex alcalde su forma de gobernar cuando, en respuesta a las preguntas formuladas por un conocido y cualificado vecino de Ribadeo, le respondió: ‘Fago o que me sale dos collós’. Toda una frase definitoria de las desastrosas actuaciones de sus cuatro años de gobierno.-

José Mª Rodríguez

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