
Deixo en baixo un texto de Jorge Sampedro Reimúndez, feito polo pasamento de José María Rodríguez Díaz, publicado en La Comarca del Eo pouco despois:
UN HOMBRE COMPROMETIDO
Se fue, hace unos días, de igual forma que vivió: callada y humildemente. Estas características de su personalidad lo acompañaron a lo largo de toda su vida, pues era un hombre sencillo, que gustaba pasar desapercibido. No hacía nunca gala de sus conocimientos que reforzaba y ampliaba permanentemente. Era un extraordinario latinista, diplomado cum laude en estudios gregorianos, director de coro en la Catedral de Mondoñedo, un gran experto en toponimia e hidronimia y un gran conocedor de la Edad Media española. Pero además era un notable políglota, pues además del castellano y gallego hablaba y escribía en ingles y francés, cuya pronunciación había perfeccionado en sus estancias en dichos países. Su fuerza de voluntad y su capacidad de trabajo le permitía estar presente y activo en varios asuntos a la vez. Su tenacidad y capacidad de liderazgo, que él no se reconocía, le propiciaban alcanzar las metas que se proponía.
Su grado de compromiso con Ribadeo y sus gentes era total. El poder servir a su pueblo y a sus convecinos era su razón de ser. Cualquiera que pasara por su casa a pedir su colaboración sabía de antemano que saldría con ella. Tanto ponía en marcha y presidía la asociación de vecinos de Vilaselán , como colaboraba en la fundación y puesta en marcha de la asociación de vecinos de Ribadeo O Tesón, como se implicaba en unas elecciones municipales tratando de defender, como él decía, los intereses generales, aunque en este caso, y dado el altísimo concepto que tenía acerca de la honradez y de la honestidad (incompatibles con la política), salió de esta experiencia hondamente defraudado. Sacaba tiempo para participar en todas las actividades socio culturales y aun sacaba un hueco para escribir artículos de opinión en los diarios locales y provinciales, debatir en tertulias radiofónicas e incluso escribir y publicar varios libros.
De todo lo que abordó a lo largo de su vida, fue la Residencia de Ancianos de Ribadeo su mayor reto. Le dedicó a este proyecto miles de horas de trabajo, innumerables reuniones con políticos y colaboradores, viajes y entrevistas y gran número de artículos periodísticos. La realidad que es hoy aquella iniciativa empezada hace más de 10 años, se debe en gran medida a la tenacidad, perspicacia y cariño que puso José María Rodríguez para que llegara a buen término y sería de justicia, en mi opinión, se reconociera su aportación llamando a las futuras instalaciones con su nombre.
Por último, no sería justo por mi parte terminar este artículo sin hacer referencia a las cualidades humanas de este personaje. Era amigo de hacer favores, de ayudar a los más necesitados, de colaborar, a veces por encima de sus posibilidades, con las organizaciones humanitarias. Fue un buen esposo, un buen padre, un buen yerno. Cuidó en los últimos años de su vida a su suegra (mi madre) con una dedicación y cariño solo exigible al mejor de los hijos. Yo, en estos últimos meses, procuré devolverle una parte de aquellas atenciones. Espero haberlo conseguido.
JORGE SAMPEDRO REIMÚNDEZ