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ARANTE. José María Rodríguez Díaz (2010)


    José María bríndanos aquí un novo topónimo con luxo de detalles, analizando de novo unh vella interpretación súa e, agora, endendo a descartala.


Viernes, 12 de noviembre de 2010


ARANTE


• Publicado por jmrd_ribadeo a las 17:19


En mi Estudio sobre la Toponimia de Ribadeo, publicado en el año 2007, en el que, entre otros, trataba sobre el étimo del topánimo Arante, nombre de una antigua e importante parroquia del concejo de Ribadeo, me inclinaba por la tesis de su derivación de la raíz hidronímica indoeuropea *ar ‘fluir, correr’, raíz que, unida a la desinencia -ante, formaría el topánimo Arante, nombre del río que cruza el valle en donde se asienta este pueblo y del que tomaría su nombre. Una raíz que da origen a numerosos topánimos relacionados con el agua, como las playas de Arnela, Arnau o el río Suarna, afluente del Navia.

Pero, ¿cómo explicar entonces la forma Alanti que le da el documento más antiguo de que tenemos noticia, transmitido por el P. Flórez en el volumen XVIII de su obra España Sagrada? Un documento del año 935 en el que aparece atestiguado como Ecclesia sancti Petri de Alanti.


Una sosegada lectura del famoso documento de donación del rey don Silo, del año 775, conocido por el nombre de Diploma del rey don Silo, por el que dona una propiedad a unos presbíteros, llamados Pedro, Avito, Valentino y los conversos Alanti y Lubino, para edificar allí una casa de oración o monasterio, parece sugerir que el topánimo Alanti, citado en el documento del P. Flórez, pudiera responder al nombre de este monje como fundador de esta iglesia, en cuyo caso estaríamos ante un antropánimo (nombre de persona) en vez de un hidrónimo (nombre relacionado con una corriente de agua).

Así dice el texto del documento de don Silo: ‘Silo macnum adque preclarum est Macnum locum habitacionis propter mercedem anime mee facere donationem ad fratres et seruos Dei: Petri presuiteri, Alanti conuersi, Lubini conuersi, Auiti presbitiri, Ualentini presbiteri uel aliorum fratrum qui in ipso loco sunt, uel quen Deus ibi adduxserit, quia nobis pedes obsculauerunt ipsi serui Dei, ut darem eis locum orationis in cellario nostro qui est inter Iube et Masoma, inter ribulum Alesancia et Mera, locum que dicitur Lucis, determinatum’. Traducido: ‘Grande y preclaro es hacer donación, para remedio de mi alma, de un lugar para que en el hagan su vivienda los hermanos y siervos de Dios Pedro, presbítero, Alanti, converso, Lubino, converso, Avito, presbítero, Valentino, presbítero, así como los demás hermanos que residen en la misma localidad o a quienes Dios condujera hasta allí porque esos siervos de Dios nos besaron los pies, para concederles un oratorio en nuestro celario, que está situado entre el Eo y el Masma, entre los ríos Alesancia y el Mera, un lugar llamado Lucis’.


Una serena lectura de los topónimos usados en el anterior documento, que aquí por brevedad omitimos, sitúa el citado monasterio en la parroquia de Ove, en el lugar de A Graña. Desaparecido con el paso del tiempo el monasterio, su propiedad pasó por varias manos. Después de pertenecer primero a la sede de León y después al monasterio de Lorenzana por donación del rey don Ordoño, pasó finalmente al dominio del monasterio de los cistercienses de Meira, que convirtieron estas tierras en una granja agrícola, de donde le viene el nombre actual de A Graña, dedicada fundamentalmente al cultivo de la vid, como aún nos recuerda el actual topánimo de Rego da Viña.


De documentos posteriores, tanto del Tumbo de la Catedral de Mondoñedo como del monasterio de Lourenzá y de las iglesias por ellos fundadas, se deduce que la actividad pastoral de estos monjes fue muy intensa en esta comarca. En su labor evangelizadora se dedicaron a fundar otros pequeños monasterios, como el de Santa María en As Anzas, el de Santa Eulalia de Ermolfi en A Devesa o el de Cedofeita, así como a levantar otras iglesias para atender las necesidades de los nuevos conversos, como las de San Esteban do Ermo, Vilaselán o San Pedro de Arante.


De esta actividad fundadora habla un documento del Tumbo de Lourenzá que recoge el apeo y relación de las propiedades que el Conde Santo donó al monasterio de Lourenzá: ‘In ripa d`Euue, sancto Martino de Asperantani, cum omnes suas ecclesias et criacionibus qui ibidem testati sunt’. ‘En Ribadeo, San Martín de Esperautano, con todas sus iglesias y propiedades que le pertenecen’. De la frase ‘con todas sus iglesias’ cabe deducir que los monjes, además del monasterio, se dedicaron a construir otras iglesias en esta comarca como centros de culto de las comunidades que iban surgiendo a través de su acción pastoral.


Si en el año 775 había, pues, entre otros, un monje llamado Alanti, dedicado a fundar iglesias por este entorno y si en un documento del año 935 aparece citada esta iglesia de Arante como ‘Ecclesia sancti Pedri de Alanti’, ‘Iglesia de San Pedro de Alanti’, cabe suponer que el topánimo Alanti responde a la forma genitiva – que es el caso latino indicador de posesión o pertenencia – del nombre celta galo Alantius, con su final en -i como corresponde a este caso que, como se sabe, era la forma utilizada para designar nombres de lugares, como Fradimiri (Vila)framil, Adosindi (Vila)usende, Pinioli (Dom)piñor o Selani (Vila)selán.


La dificultad estriba en explicar el paso de la -l- intervocálica de Alanti a la -r- de Arante. Pues aunque es muy frecuente la conversión de la -l- en -r- en la formación del romance, como blanco > branco, clavo > cravo, Ables (así atestiguado en documentos antiguos) > Abres, plegaria > pregaria o ecclesia > igrexa; y si bien es verdad que en gallego la -l- intervocálica habitualmente se pierde, no se puede excluir que su conversión en -r- se extienda también en algunos casos a la -l- entre vocales, como en calamelus > caramelo en gallego y caramillo en castellano. Por otra parte la evolución de la -i final de Alanti en -e para formar Arante corresponde a un fenómeno normal de relajación fonética de la vocal átona final, como Rosendo > Rosede o milagro > milagre.

¿En cuál de estas dos formas, Alanti o Arante está, pues, el origen del topánimo Arante? ?En la raíz indoeuropea *ar- o en el antropánimo Alanti? Ante los hechos ahora conocidos de las actividades fundacionales de estos monjes por esta comarca, uno de los cuales aparece con el nombre de Alanti en el año 775, y la aparición del documento citado por el P. Flórez, del año 935, con el mismo nombre, cuando sólo habían pasado 160 años, hace sospechar muy fundadamente que se trate, no de un hidránimo, sino de un antropánimo – hoy en desuso – derivado del nombre del fundador de esa iglesia, que más tarde evolucionaría a Arante, forma actual de este topánimo.

José Mª Rodríguez


 

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