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EMPEZAR POR CASA. José María Rodríguez Díaz (2010)


 

Viernes, 22 de octubre de 2010


EMPEZAR POR CASA


• Publicado por jmrd_ribadeo a las 9:33


La cultura del derroche y del menosprecio del dinero, fruto y consecuencia del crecimiento incontrolado de estos tiempos pasados, sigue instalada en la gestión pública de nuestro país. El alcalde de Ribadeo se dispone a impartir estos días unas charlas informativas en el entorno rural de este concejo para informar a los vecinos sobre una subvención de 600 000 Euros, concedida a la asociación de concejos galaico asturianos que forman la Reserva de la Biosfera río Eo, Oscos y Tierras de Burón. Una subvención destinada a mejorar, restaurar y corregir el impacto visual y medioambiental del entorno en estos concejos. Una especie de un nuevo y prodigioso Plan-E, esta vez sin los famosos carteles anunciadores, con el que se pretende gastar el dinero público en la reparación y embellecimiento de edificios, hórreos y alpendres rurales. Eso sí, con un máximo de subvención de 6000 Euros o del 50 por cien de la inversión por cada actuación.


Como quiera que la picaresca de los españoles es ya un patrimonio consagrado por la tradición si los hay, no faltarán candidatos a participar en tan suculenta tarta, independientemente del resultado final que se prevea alcanzar en el uso adecuado de las subvenciones. Ejemplos no faltan.


Pero, si de restaurar el impacto visual y medioambiental del entorno más próximo a la Ría de Ribadeo se trata, el alcalde podría empezar por casa. En este sentido voy a permitirme hacerle una sugerencia sobre una inexcusable actuación que se puede y se debe acometer, aprovechando estas subvenciones, para subsanar errores pasados. Una de las horrorosas herencias antiestáticas y medioambientales que nos ha dejado la gestión municipal del Sr. Gutiérrez en sus tiempos de alcalde, hace ya años, cargo que ahora pretende de nuevo recuperar, fue, sin duda, el tendido eléctrico de alta tensión, con su cableado y sus torretas elevándose al cielo, instalado en la carretera del faro, desde la estación de bombeo hasta la decantadora. Nada extraño, por otra parte, para quien pretendía situar un polígono industrial en ese excepcional paisaje. Una auténtica profanación de un espacio especialmente privilegiado por su belleza paisajística en el entorno de esa área excepcional del faro y de la Ría.


Aprovechar estas subvenciones para devolverle la primitiva fisonomía a ese bello y virginal espacio, tan visitado por el turismo que se desplaza a visitar Ribadeo, soterrando esa horrorosa conducción eléctrica y suprimiendo las horrorosas torretas metálicas, debiera ser un objetivo prioritario de nuestra actual primera autoridad municipal. Nada mejor que aprovechar esta ocasión para la corrección de esta desafortunada obra pública, y así dar ejemplo a los ciudadanos a quienes se pide mejorar sus entornos privados.


Soy consciente de que mi consejo va a caer en el vacío. Y no porque el alcalde no reconozca lo acertado de mi sugerencia, ni la conveniencia de restaurar ese hermoso paisaje, danto así ejemplo a la ciudadanía en la lucha por el logro de los objetivos que con este dinero se pretenden alcanzar. Mi consejo será ignorado, simplemente porque el concejo, al contrario de los solicitantes privados, carece de capacidad económica para acometer esta obra suplementando con un dinero que no tiene el importe que excede a la subvención. Esta es la triste realidad, consecuencia de una equivocada política de gastos y endeudamientos que impide al concejo disponer de fondos suficientes para acometer otras actuaciones más urgentes, prioritarias y necesarias.


Actuaciones necesarias en un futuro cercano como sería la construcción de un nuevo y moderno geriátrico que pudiera dar respuesta a las perentorias necesidades que se están dando y se darán con más fuerza en el futuro en entorno social de la comarca y de nuestro concejo. Porque cada vez tendremos más población envejecida en la villa y en el medio rural. Una población que aumenta día tras día con la llegada de más residentes, y cada vez menos gente disponible para atenderla adecuadamente; porque las familias son cada vez menos numerosas y necesitan dedicarse a trabajar para poder subsistir. He aquí, pues, un problema que demanda una urgente solución por parte de nuestros gestores. Pero los gestores dedican sus esfuerzos a otras cosas más banales, pero políticamente más rentables a corto plazo; y el pueblo de Ribadeo, absorbido por el fútbol o por los programas de la Noria dedicados a Belén Esteban, ni está ni se le espera para reclamar en geriátrico en donde poder refugiarse para pasar sus últimos días. A diferencia de nuestros vecinos de Foz, que a pesar de disponer ya de una buena residencia, luchan y se manifiestan en demanda de un nuevo geriátrico, el pueblo de Ribadeo, adormecido en los sueños de su Arcadia feliz, permanece callado y ausente ante estos problemas. Y así van pasando los años mientras los problemas empiezan a apoderase de una sociedad que, por no ser previsora y exigente, carece de recursos públicos para poder abordarlos.

José Mª Rodríguez


 

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