Continuando coa publicación do blog de José María, chegamos a esta peza que estimo definitoria de boa parte do seu pensamento político-social, que tentaba plasmar no seu blog así chamado, ‘Vida socio-política en Ribadeo’. Non fala de cousas novas, pero tampouco de cousas xa caducas…
Jueves, 15 de abril de 2010
LAISSEZ FAIRE
• Publicado por jmrd_ribadeo a las 20:10
He aquí la expresión literaria de la ideología liberal de libre mercado y de la mínima intervención del Estado en la estructuración social.
El objetivo de la ideología del “laissez faire, laissez passer”, ‘dejar hacer, dejar pasar’, es la abolición de todas las leyes que impidan que gente más industriosa o con menos escrúpulos superen a quienes anteponen otros valores, sociales, medioambientales, etc, a los puramente económicos. Una actitud permisiva que impide la regulación y planificación de unos valores considerados universales, patrimonio de todos.
Y aunque le cueste reconocerlo, declarándose partido de centro como estrategia electoral, lo cierto es que esa es y no otra la ideología imperante en el PP. Y el que lo dude no tiene más que mirar cual es la actitud del gobierno de la Xunta, hoy en manos del PP, hacia el tan discutido problema de las construcciones ilegales en el concejo de Barreiros. Un concejo en el que la construcción desaforada y sin control, impulsada por un gestor municipal que se siente “a légibus solutus”, no ha dudado en inundar toda la zona costera de su concejo con más de 6000 viviendas para una población de 3000 habitantes, muchas de ellas tachadas de ilegales por el gobierno bipartito. Porque construcciones ilegales son todas aquellas que se levantaron contraviniendo la Ley 9/2002, del 30 de diciembre, de ordenación urbanística de Galicia, que en sus artículos 29º, 1. g) y el 42º,1.a) prohíbe la construcción en suelos que no dispongan con carácter previo de los servicios de acceso rodado, abastecimiento de agua, evacuación o tratamiento de aguas residuales y suministro de energía eléctrica.
Pero ahora el actual gobierno de la Xunta, en manos del PP, para hacer realidad la famosa consigna del “laissez faire” del liberalismo económico y aquel famoso dicho de que “ti vai facendo que despois xa veremos”, se ha propuesto enderezar el entuerto con un convenio hecho ad hoc, previa la depuración de la Agencia de Protección de la Legalidad Urbanística, para desbloquear la suspensión en que se encuentran muchos edificios, fruto de unas licencias calificadas de ilegales, y dotarlos “a posteriori” de los servicios necesarios de los que carecían esas fincas para que así puedan tornarse legales. Un convenio que se convierte por si mismo en la prueba evidente de dicha ilegalidad y que implica un uso, calificado por muchos de fraudulento, de los recursos públicos que todos aportamos para subsanar las ilegalidades de una gestión municipal irresponsable y de unos constructores especuladores. Una absolución en toda regla al concejo, pero que así como en el sacramento de la penitencia, esta la cumple el penitente, aquí la cumpliremos todos haciendo frente con nuestro dinero a los pecados de uno.
Y por si esto no fuera bastante ahí está el agravio comparativo que este trato de favor implica para todos aquellos, ayuntamientos o particulares, que se quedaron “a verlas venir” por no poder dar licencias, renunciando a unos supuestos beneficios por respetar la ley, mientras que el de Barreiros no dudó en ponerse la ley por montera sabiendo que un día la Xunta vendría a quitarle las castañas del fuego.
Pero, lo que aún es más grave, es que con esta operación de rescate de la Xunta no se acaban los problemas generados por ese urbanismo caótico y desenfrenado. El daño que este tipo de urbanismo, diseminado sin orden ni control por todo lo largo y ancho del concejo, implica para el medioambiente y para el desarrollo racional y sostenido de un urbanismo coherente y sensato, no lo remedia la Xunta con su convenio. El daño quedará ahí como exponente de la avaricia de un concejo y de la ideología liberal de la Xunta. Se ha elegido un camino sin retorno que conduce a la sociedad a ignorar la ley en beneficio personal, sabiendo que al final el pecado se perdona con una simple absolución y sin tener que cumplir la penitencia. Es decir, la ley del embudo. ¡Vaya ejemplo el de la Xunta, la primera obligada a cumplir y hacer cumplir la ley!-