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Diario de un confinado en la plaza de Olavide. CONFINADOS Y MOVILIZADOS. Ángel Alda


Miércoles 18 de marzo

Supongo que la excitación de estos días de las gentes que estamos sometidas a cuarentena irá reduciéndose. Esto es un sinvivir. Cocinar, leer, películas, visitas virtuales a museos, clases de yoga, sostenimiento emocional de los familia, de los vecinos, de los amigos. Ya te digo. Imposible. Supongo que muchos nos abandonaremos a la molicie. No tenemos que comer sano todos los días. A los vecinos que les den. Eso de salir a la terraza o al patio a dar la murga puede estar bien para unos días pero esto, la cosa, se va a alargar como ya nos están preparando. Mucho más a los llamados población de riesgo que somos algo así como quince millones de españoles. Los ingleses ya saben a quien les va a quedarse en casa y a quién en el pub. Y si usted prefiere pub y tiene una edad olvídese. Ahora que tanto se habla de distopías aquí tiene la próxima. Dos mundos separados, jóvenes y viejos. La familia a tomar por culo. Son las ideas del tal Boris. Cómo vemos hay populistas a los que les sobra hasta su mamá.

Hablando de mamás. Ayer mi sobrina llevaba junto a su marido el carrito de la más reciente niña de nuestra familia camino del centro de salud para ponerse las vacunas del cuarto mes. Pues les paró la poli y les hicieron escoger acompañante para la niña. O el padre o la madre. El decreto de alarma es lo que tiene. Muy duro. Salomónico.

Pero menos duro que poner cara a nuevos amenazados por el Covid de tu entorno. Ya son varios, alguno muy cercano. Casi da miedo saber quién será el próximo del que te informen. Mientras que sepamos que lo superan en casa con paracetamol con un canto en los dientes nos damos aunque los testimonios que llegan de personas que han superado la enfermedad en Italia tienen una carga dramática impresionante. El miedo a lo desconocido es siempre aterrador.

Seguiremos con nuestra vídeocopa con los amigos después de la ceremonia de los aplausos en la plaza que va a más.

Prometí hablar del gobierno pero no tengo ganas. Sólo decir que el plan que ha presentado de alivio económico me parece un buen principio. Creo que el rey nos va a hablar esta noche del corona. Del virus que nos afecta a todos. Del que le afecta a él no creo. O si.

Cuídese y cuide a los suyos, no hace falta que salve a la sociedad. Tómese las cosas con calma.

Hasta mañana si Dios quiere.

Ángel


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