“Lunes, 16 de marzo
Dicen que estas son las fases del duelo. Me imagino que serán las del duelo personal. No se si la ciencia psicosocial, algunos dicen que esa disciplina es un bluff, aceptará las mismas etapas para el duelo social. Ya me dirán los ilustres lectores formados en tan difícil especialidad.
En cuanto al duelo personal sobre la epidemia del Covid, perdonen por la b de burro que le puse ayer, la cosa dependerá del grado de acercamiento al drama. De si conoce o está en el entorno del drama. Si tiene vecinos, amigos o conocidos afectados por la enfermedad. O si el impacto social y económico le ha afectado. No son pocos, especialmente estos últimos.
En mi caso el aterrizaje en la realidad fue rápido. Hace una semana enterraron a mi tía Nieves, una de las pocas hermanas supervivientes de la numerosa familia de mi fallecida madre. Era bastante mayor y llevaba unos meses muy fastidiada con constantes ingresos hospitalarios por insuficiencia respiratoria. Cómo el último ingreso coincidió con la escalada inicial del Coronavirus y ella presentaba indicios de afección pulmonar fue inmediatamente aislada y sometida al test de la enfermedad. Salió negativo pero su familia, ni siquiera su hijo, mi primo Marcos, que es quien se ocupaba amorosamente de ella, pudo estar presente en sus últimas horas. Les puedo asegurar, y seguro que me creen, que eso causa un dolor extraordinario. Aterrizas. Vaya que aterrizas.
Dicen que el pueblo español es muy solidario y muy emotivo. Es cierto. Seguro que el conocimiento de quienes son las personas más afectadas por la enfermedad, los viejos y los enfermos crónicos nos pone los pelos de punta. Tenía razón el presidente Sánchez cuando decía que en la crisis del 2008 fueron los mayores quienes corrieron con el gasto de socorrer a sus hijos y nietos desempleados. Y que hoy esos hijos tenían la oportunidad de devolverles el favor cuidándolos. Aislándose de ellos. Creo que lo vamos entendiendo todos.
No crean, sin embargo, que todo el mundo está por la labor. El coste económico del sacrificio que supone el confinamiento voluntario, y ahora obligatorio, es tan brutal que algunos dudan sobre si no será mejor aceptar el precio de una infección masiva dado que la mayoría no sufrirá grandes costes, algunos incluso ni se enterarán, aunque haya que pagar el precio de una mortalidad terrible. Bueno, son opciones y pensamientos de personas y grupos que ya han superado la fase de la negociación y se han hecho sus propias cuentas. Cuando esas personas y esos grupos son influyentes pasa lo que pasa. Se retrasa la toma de medidas críticas por el temor económico. En esos grupos están Trump, Boris, Bolsonaro y algunos otros. ¿Y si tuvieran razón? Sólo es una pregunta retórica. Seguro que ustedes ya saben la respuesta.
Por lo que sabemos, el duelo social, sin embargo, suele estar muy mediatizado. Se construye bajo la intervención de los poderes públicos y privados, de los medios de comunicación y del ruido ambiente que en estos tiempos de las redes sociales es estremecedor. Tenemos rumores hasta en cosas que deberían estar medianamente acreditadas. ¿Quién no ha visto supuestos documentos oficiales anunciando esto o lo otro que solo son burdas patrañas? ¿A quien no le ha llegado el rumor de que tomando líquidos calientes te proteges? Bueno, siempre ha sido así. En la década de 1820, el pueblo de Madrid se dedicó al divertido deporte de perseguir a los curas y frailes porque alguien había dicho que estaban infectando las fuentes de la ciudad.
Cómo se prepara uno para estas cosas. Pues solamente leyendo medios acreditados y atendiendo las recomendaciones y órdenes del gobierno. Aunque no sea el gobierno que a ti te guste. Les diré una cosa. De esta vamos a salir con unas políticas u otras. Sólo es cuestión de tiempo. La única diferencia es que solo de una manera saldremos con los menores costes. Con la manera de la unidad y de la confianza.
Ya les dije que no todos los días este diario iba a ser de risa.
Que ustedes se confinen bien. Y que lo antes posible aterricen en la realidad.
Ángel“