¿Cuántas veces se dijo que en el colectivo « Por nuestro faro » no conocíamos el proyecto ? Nuestras dudas, legítimas y más que justificadas provenían de la poca información que el Concello de Ribadeo juzgó necesario darnos, después de una larga insistencia que concluyó -cuando todos los plazos anulaban nuestra capacidad para reclamar- con la obtención del contrato de concesión, donde figuraban una lista de reformas destinadas a modificar la Isla Pancha. « Si conocieran el proyecto… »« Esta polémica es ridícula… », decía quien había firmado al pie de las 10 hojas del contrato un terreno ajardinado, un parking, una fosa séptica, alumbrado, cartelería, papeleras,… en los 500 metros aprovechables de una isla en la que, decía, sólo se tocaría el interior del faro. Era un repetir los dogmas del Ministerio de Fomento que, en su proyecto « Faros de España », predicaba la salvación de un faro en perfecto estado con una ligera reforma interior, una democratización de estos edificios con un uso privado, y un respeto del entorno sin evaluación medioambiental.
¿Cuántas veces el alcalde dijo no poder hacer nada, mientras en otros lugares alcaldes y equipos de gobierno participaban y negociaban con Puertos (Corcubión), y en otras se oponían tajantemente a la explotación privada de un bien común (Xàbia) ? ¿Cuánto silencio y desinformación obtuvimos por respuesta?
La casita del farero, que daría a luz dos suites destinadas a salvar el empleo, a propulsar el turismo local con un llenazo de antología en un lugar arrancado a las mareas, hablaba por sí sola. Como habla ahora. Las paladas de tierra se suceden, la excavadora gira en la isla como el único faro posible. Las obras continúan, y seguimos sin respuesta. El 10 de noviembre el grupo « Por nuestro faro » pidió por escrito al Concello una explicación a la presencia de esa excavadora que, sin duda, no estaba destinada a alicatar un cuarto de baño. Silencio. Sin duda, una isla protegida por la Red Natura 2000 bien merecía una respuesta. Sin embargo, el 5 de enero se volvió al ayuntamiento a reiterar nuestra pregunta. Y, de nuevo, silencio. Tenemos constancia gráfica de una gran cantidad de tierra fuera de la isla y de la pala actuando en el interior. Las últimas fotos, fueron tomadas el 13 de febrero a las 14 horas. Silencio.
Parece que esto ya no sea un asunto ribadense, en estos tiempos feudales en los que Ribadeo se trocea y se vende como el monopoly, el Concello ya no contempla otra forma de actuar que la de mirar al este mientras delega Ribadeo en intereses personales. Por lo visto es posible un alcalde que no puede hacer nada mientras ciudadanos de a pie denuncian la violación de un espacio común, la falta de informes, y piden reiteradamente información.
Si el poder no tiene voz y no puede hacer nada, ¿qué podemos esperar los que no tenemos poder de quienes nos representan ? Silencio.
Covadonga Suárez, en nombre del colectivo « Por nuestro faro »
Fotos de Nacho Oñate, 13/2/2017
Foto de Suso Fernández, 10/2/2017
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