Qué difícil es poner los relojes en hora. Desde que se empezó a asegurar que « Por nuestro faro » era una pandilla de extranjeros virtuales hasta que quedó claro que éramos centenares de ribadenses reales pasó bastante tiempo y muchos artículos. Del mismo modo, desde que se dijo que la construcción del hotel era inminente (hace año y medio) hasta que, a día de hoy constatamos que el hotel sigue sin existir, se vehiculó la idea disuasoria de que todo el pescado estaba vendido. Las bocas se cerraban y los ojos miraban al suelo.
Nada más lejos de la realidad, pero la tribuna de « Por nuestro faro » no tiene el mismo tirón que algunos mensajes bien apadrinados. Sin embargo, cada vez quedan menos dudas sobre las incongruencias del proceso desde su misma concepción, incluyendo el inexistente concurso público, la ocultación de información, la falta de informes, el despropósito aberrante de una concesión que -aún perteneciendo la isla Pancha a la Red Natura 2000- ni siquiera ha contemplado una evaluación del impacto medioambiental,… ¿Quién puede dudar aún de la veracidad de estos datos ? quizás alguno que entre salto y salto en el tiempo se quedó con un ampliamente cacareado acto reglado en 2016, desconociendo precedentes no menos legales con un desenlace opuesto.
Pero es que, la verdad, la que al final cuenta, es la que hace que no seamos los únicos en decirlo, y que esta verdad haya llegado al Parlamento Español y a la Unión Europea demuestra que esta verdad no se proclama dando golpes en un mostrador en Ribadeo de Tapeo, que hay verdades y verdades.
La verdad es que hay papeles oficiales que llevan adelante un hotel privado, que hay una licencia concedida, la verdad es que en Europa y en Madrid se están estudiando todas las irregularidades aprobadas y certificadas, y que esto supone un nuevo comienzo a un nivel superior.
La verdad es que, después de año y medio, si algo es seguro es que la historia no necesita amanuenses. La historia se escribe sola. Y el punto y final no existe con la verdad por delante. Y, por eso, seguimos.
Covadonga Suárez, miembro del grupo « Por nuestro faro »
Comosición: a illa Pancha no openstreetmap e reloxo de Sol de precisión (Höffman Albin, licenza Creative Commons recoñecemento compartir igual 3.0 Unported ) |