Este artículo tiene por vocación aclarar ciertas cuestiones mal comprendidas o interpretadas por un colaborador de este periódico, esperando que también pueden resultar de utilidad a cualquier lector.
En primer lugar, nos gustaría decir que no tenemos por costumbre « despellejar » a nadie por tener una opinión, es más, en ocasiones hemos sido víctimas de insultos, intimidaciones e incluso difamaciones callejeras sin adoptar los modales de quien nos atacaba.
Sabemos que todo el mundo puede tener una opinión. Pero parece que en ciertos casos el encontronazo es más una cuestión de defensa a ultranza que hace que se nos vea como descontentos patológicos, porque, fíjense que nosotros también quisiéramos que se abriera la isla, como hemos manifestado en más de una ocasión, y, por qué no, sacar partido del faro. La diferencia es que explotar el faro y la isla tiene dos acepciones, y nosotros nos quedamos con la primera : es decir, nada de hacer saltar por los aires la riqueza natural y cultural que además sirve de emblema a Ribadeo. No nos parece que dárselo a un particular sea lo correcto, ni que se convierta en el receptáculo fardón de turistas delicatessen. Francamente, para nuestro faro y nuestra isla desearíamos un destino más digno y, como decirlo, « público ». Pero, dicho esto, se siente o no se siente de esta manera y no hay más.
Lo que nos preocupa es que el proyecto va a desbaratar la integridad de la isla, un proyecto desconocido para la mayoría, como lo es el contenido del contrato de concesión, y ahí empezarían los reproches : la poca información difundida por el Concello a pesar de haberla solicitado con insistencia desde hace año y medio. Es una pena que, teniendo tantos logros a sus espaldas, el ayuntamiento decida sumir en el silencio el incumplimiento de fechas, falta de informes, etc, y llevarlo hacia adelante a toda costa, y en este punto también estamos de acuerdo en que su imagen raya la perfección desde el momento en que nadie sabría cuestionar lo desconocido.
Dicho esto, pedimos disculpas por no haber leído el periódico aquel día en que se anunció la reconversión del faro en hotel, Pero, por otro lado, la mayoría de los miembros de « Por nuestro faro » no somos ni periodistas ni alcaldes de Ribadeo para estar al corriente de todo lo que acontece en la villa, así que nos enteramos a la segunda, meses más tarde, cuando se le dio amplia difusión y ya no había prácticamente vuelta atrás. Sin embargo, que quede claro, no se le reprocha al Concello de Ribadeo la creación del proyecto « Faros de España » (Ministerio de Fomento), ni el levantamiento de la prohibición del uso hotelero que pesaba sobre los faros (Consejo de Ministros), ni la redacción del contrato de concesión (Puertos de Ferrol-San Cibrao), sino la falta de esa sensibilidad que a todo ribadense , sea de la opinión que sea, debe inspirarle un patrimonio amenazado, sobre todo cuando se ejerce una función pública que obliga a protegerlo, y estando en posesión de toda la documentación que planea modificarlo.
Por eso, cuando, parafraseando al alcalde, se escribe que no conceder la licencia sería « prevaricar » recordemos solamente que en 2008 cuando ese mismo alcalde manifestaba su oposición a la construcción de una nave sobre la ría propulsada por Puertos de Galicia, a aquello se le llamó « decisión política ». Y parece ser que la noticia también venía en los periódicos.
Covadonga Suárez, miembro del colectivo « Por nuestro faro »
Foto de Suso Fernández