Corto e pego dende http://cargadoiro.blogcindario.com/2016/07/00462-templarios-en-a-vilavella.html:
‘ Considerar esta afirmación como un hecho manifiestamente demostrable a
través de los testimonios documentales actuales de que se dispone no
parece ser una verdad objetiva ni definitiva. Pero, la presencia de
ciertos testimonios históricos y arqueológicos que se conservan aleja
esta afirmación de una simple hipótesis y justifica, sin duda, como
verdaderamente fiable la creencia en la presencia de estos monjes
guerreros en A Vilabella en la alta Edad Media.
Los testimonios más antiguos que se refieren al asentamiento
poblacional de la primitiva villa de Ribadeo lo sitúan en el lugar
entonces conocido por el nombre de Vigo, denominación que le viene dada
de su derivación del vocablo latino, vicus, barrio, actualmente
A Vilavella, denominación que se le dio para distinguirlo de la
Vilanova, el naciente nuevo Ribadeo. Un pequeño recoveco, situado en la
orilla gallega del río Eo, del que el actual Ribadeo recibiría su
antiguo nombre de Ripa d`Euve. Una pequeña comunidad de vecinos, situada
en las proximidades de la primitiva jurisdicción de Ove, que erigió
allí la iglesia que más tarde sería conocida en los documentos oficiales
por el nombre de iglesia de Santiago de Vigo.
Testimonio fehaciente, entre otros, de que en esa época histórica
Santiago de Vigo era el núcleo referencial más importante de este
contorno, antes de la existencia de los núcleos de Cabanela y Porcillán
que dieron origen a la actual villa de Ribadeo, es una escritura de
donación de propiedades, hecha por García Vermúdez al monasterio de
Lourenzá en el año 1151, en la cual el donante fija la situación de sus
propiedades “entre las aguas de Vigo y del Masma”: “…facio… cartulam donacionis… de quantum habeo et habere debeo ab aqua de Vigo usque ad aquam de Masma”,
es decir, “…hago… escritura de donación… de todo lo que poseo y debo
poseer desde el agua de Vigo hasta el agua del Masma”. La referencia a
Vigo en este documento del siglo XII y no a Rippa d´Euue demuestra la
inexistencia o escaso valor referencial en esas fechas de estos dos
últimos barrios de Cabanela y Porcilán.
Por la documentación medieval se sabe que la iglesia de Santiago
de Vigo ejerció funciones parroquiales hasta el traslado del obispado de
Mondoñedo a Ribadeo a finales del siglo XII. En esa fecha el obispo
Pelaio de Cebeira levantó en Ribadeo una catedral dedicada a Santa María
del Campo, convertida posteriormente en colegiata al perder Ribadeo la
Sede episcopal, en el siglo XIII. La nueva catedral vino a sustituir a
la iglesia de Santiago de Vigo en sus funciones parroquiales, aunque
permaneciendo esta abierta al culto hasta bien entrado el siglo XVIII.
En ese barrio de Vigo, llamado hoy A Vilavella, residía, según el
testimonio de ciertas fuentes históricas, una pequeña comunidad de
Caballeros Templarios, a cuya orden pertenecía entonces la parroquia de
Ove antes de pasar a la jurisdicción de la Orden de San Juan de Malta,
heredera en España de los bienes raíces de la extinguida Orden de los
Templarios. Esta orden de monjes-caballeros, creada a comienzos del
siglo XII para la defensa de los Santos Lugares de Jerusalén y del
camino de los peregrinos, fue disuelta en el año 1312 por el papa
Clemente V, cediendo así a las presiones del rey de Francia, Felipe IV,
que ambicionaba apoderarse de sus muchas riquezas, como así ocurrió.
Pero los bienes raíces que esa orden tenía en España pasaron a poder de
los Hermanos Hospitalarios, y con ellos la iglesia de Ove, que
perteneció hasta tiempos recientes al Priorato de Portomarín,
dependiente de la orden de los Caballeros de San Juan de Malta, los
Hermanos Hospitalarios.
De la primitiva pertenencia de la jurisdicción de Ove a los monjes
templarios aún perduran hoy ciertos vestigios arqueológicos, como son,
entre otros, según afirma el publicista y cura coadjutor de Ribadeo,
Manuel S. Pérez, en la página 41 del Libro Inventario del archivo de la
parroquia de Ribadeo, la capilla del Buen Jesús, situada en los límites
actuales de la parroquia de Ove, hoy en ruinas, y a la que el INVENTARIO
ARTÍSTICO DE LUGO Y SU PROVINCIA, publicado en el año 1980 por el
Ministerio de Cultura, describe de esta manera: “Es de forma
rectangular, sumamente pintoresca por sus torretas en forma de cubo en
los cuatro ángulos y en el centro de los muros laterales”. Su estructura
defensiva no parece ajena a la función guerrera, propia de los monjes
templarios. Otro testimonio de la presencia de esta orden en el barrio
de Santiago de Vigo y actual parroquia de Ove es el relieve existente en
la piedra clave de cantería de una de las ventanas románicas abocinadas
situada en el paño derecho exterior de la capilla de la Virgen del
Camino, que parece representar el candelabro del templo de Jerusalén.
Otro testimonio más que contribuye a corroborar este hecho se
encuentra en el citado Libro Inventario del archivo de la parroquia de
Ribadeo, que en su página 41, su autor, el citado Manuel S. Pérez,
afirma, sin hacer mención de las fuentes históricas en las que apoya su
testimonio, que “En este lugar (se refiere a Santiago de Vigo) hubo un
convento de Templarios”.
Por otra parte, la razón de la presencia de los monjes templarios
en este lugar encajaría perfectamente con lo que constituye la razón del
establecimiento de esta orden en la península ibérica: la defensa de
los cristianos contra los musulmanes y la primitiva protección de los
caminos de peregrinación a Santiago de Compostela. No es impensable que
el barrio de Vigo quedara convertido en aquel tiempo en el lugar de paso
de los peregrinos a Compostela por el llamado Camino Norte, y la razón
por la que el templo allí erigido fuese dedicado al apóstol Santiago en
aquellos tempranos tiempos.
Se puede, pues, concluir que en el barrio de A Vilavella estuvo el
origen de la actual villa de Ribadeo, antes de la repoblación de los
barrios de Cabanela y Porcillán hecha en el año 1182 por el rey Fernando
II de León. Y no solo el origen de la villa de Ribadeo, sino también la
cuna de su jurisdicción eclesiástica parroquial con la construcción de
la iglesia de Santiago de Vigo, el establecimiento de un pequeño
convento de los monjes templarios y la existencia de una pequeña
Beatería o Casa de Oración, origen del posterior convento de Santa
Clara, según también afirma en el referido Inventario el citado
historiador y articulista, Manuel S. Pérez.’