Ribadeo e as miñas cousas (chámalle Blog / Weblog / Bitácora / Caderno … )

Faros, artigo de Pablo Mosquera


Pásame Pablo Mosquera o texto e imaxe seguintes, cunha introdución:

A defensa dos faros é un dos obxectivos que nos temos proposto, ao menos tres colectivos: Os Aventados, O Tesón, Seminario de Estudos Terra de Viveiro

Los que nos hemos criado en la costa más al norte de la Hispania Romana sabemos de la importancia que tuvieron las enfilaciones para los mareantes. Saber dónde estaban, conocer lo que la mar ocultaba en sus fondos, manejar aquellos, hermosos y simples, instrumentos para navegar, pero sobre todo, tener referencias desde tierra a la mar: Quizá por eso, las primeras cartas marinas se dibujan de mar a tierra. 

 Las gentes de la costa necesitan vivir de la mar y por eso se preocupan y ocupan de iluminar la franja marina. Los puntos más salientes y elevados son vigías permanentes en los que a la falta de luz solar responden con hogueras o fogatas, tal como refiere en su introito Pedro Vinué Beltrán, en su obra Alumbrado Marítimo de 1898, dónde apunta directrices para el conocimiento de los aspirantes a ingresar en el Cuerpo de Torreros de Faros. 

 Los Faros de: costa, puerto y enfilación, se clasifican en seis órdenes, en razón del alcance que ofrece sus aparatos lenticulares capaces de lanzar un haz de destellos lumínicos hacia la mar. 

 Previamente, en 1858, se hace realidad el Plan General para el balizamiento de las costas y puertos de España e islas adyacentes, aprobado por Orden del 30 de Junio de ese mismo año, tras el trabajo de la Comisión creada por Real Orden en septiembre de 1854, y que desde las Cortes impone dicterios al Ministerio de Fomento. En tal disposición se hace mención de una magnífica obra -un clásico de la navegación- “Guía de los marinos o descripción de todos los faros” publicada en 1829 gracias al trabajo de Coulier. También se menciona, como causal, las llamadas de atención que desde Francia e Inglaterra se hacían al reino de España, dada la ingente cantidad de accidentes provocados por la peligrosidad de nuestras costas- especialmente las gallegas- para el tráfico de buques, y así en 1847 la Corona de España, reacciona y promueve lo que antecede. 

En el trabajo publicado en 1859, por la Dirección de Hidrografía, bajo el título Faros de las Costas de España, se describen los vigías existentes en la costa norte desde Cabo de la Higuera en Fuenterrabía, y al llegar a la Galicia Cantábrica, sólo hay dos torres; Isla Pancha y Estaca de Bares. 

Si algo caracteriza el inigualable paisaje gallego son sus faros, por su emplazamiento, su historia que se puede repasar leyendo el cuaderno diario del Torrero, y desde luego el conjunto mágico que forman, desde la mar o desde tierra, unos edificios singulares con la torre que se comunica con la noche del marino. 

Debería ser indisponible su uso privado. Son patrimonio de la humanidad. 

O seguinte mapa, de 1847, o ‘Plan xeral para o alumeado marítimo’, no que se ve o proxecto para Illa Pancha, pode ampliarse premendo:


Deixa unha resposta

O teu enderezo electrónico non se publicará Os campos obrigatorios están marcados con *