Con anos de retraso, reproduzo aquí un artigo xa vello (12 de setembro de 2003, El Progreso, p.88, asinado por Juan Soto na súa columna de contraportada, ‘De re varia’). Como comentario, coido que hai un pouco de lío na súa redacción con datas de creación (1992 como data de saída) e recesión (2001-2003), apoios (BNG) e contras (PP), e o novo goberno municipal daquela, PSOE-BNG.
”
En apenas diez años, Ribadeo pasó de tener una magnífica banda de música (quizá la mejor de la provincia de Lugo) a quedarse sin banda de música, ni magnífica ni mísera. La contratación de Hernán Naval, destacado activista cultural del BNG, como organizador de la plantilla y primer director desencadenó en su momento un diluvio de críticas contra la corporación municipal entonces imperante, presidida por Eduardo Gutiérrez, nacionalista de la misma cuerda que el músico. Pero los espléndidos resultados conseguidos en poco tiempo se impusieron a las reticencias de quienes vieron en la incorporación de Naval a la nómina de funcionarios una decisión dictada por el compadreo político. A base de esfuerzo y dedicación sin tasa, Naval sacó adelante más de lo que se le pedía: una banda de alto rango, una eficaz escuela de música y un grupo de jazz-band, y divulgó el reverdecido ambiente musical de Ribadeo a través de publicaciones, programas de mano, revistas y folletos. La muerte del joven director, en forma de mazazo inopinado, abrió para la banda una crisis que la autoridad local trató de solventar con criterios más partidistas que técnicos. La calidad de la agrupación cayó en picado y no tardaron en producirse deserciones en algunos de los principales atriles. Salvo que acontezca un milagro, el final está cantado: desaparición por naufragio. Así pues, el nuevo Ayuntamiento ribadense tiene ante sí un desafío importante: reflotar la banda de música y devolverla a su antigua categoría.
“